Versículo:
¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti? Y fuera de ti nada deseo en la tierra. Mi carne y mi corazón desfallecen; Mas la roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre. Porque he aquí, los que se alejan de ti perecerán; Tú destruirás a todo aquel que de ti se aparta. Pero en cuanto a mí, el acercarme a Dios es el bien; He puesto en Jehová el Señor mi esperanza, Para contar todas tus obras. Salmo 73:25-28
Comentario:
Dios nos ama y quiere bendecirnos. Sin embargo, eso no significa que Él nos dará lo que queramos y cuando lo queramos. Es sabio examinar los deseos de nuestro corazón, porque revelan mucho sobre el verdadero estado de nuestra relación con Cristo.
Por ejemplo, tome un momento para pensar en sus deseos:
¿QUIERE TENER EL CONTROL? Si ha buscado influencia y autoridad, considere si ha perdido de vista el valor de la humildad y de la santidad delante de Dios.
¿SUEÑA CON RIQUEZA Y FAMA? Tal vez sienta que le falta algo, algún vacío que intenta llenar. Sin embargo, recuerde que solo Dios puede satisfacer las necesidades más profundas del corazón humano.
El salmista escribe: “Deléitate en el Señor, y Él te concederá los deseos de tu corazón” (Sal 37.4 NVI). No hay nada malo en desear ciertas cosas; nuestros anhelos pueden motivarnos a alcanzar metas. Pero en vez de pedir ciegamente solo lo que usted desea, ore para que Dios le ayude a alinear sus necesidades con la voluntad de Él.
Algunos cristianos temen orar por lo que anhelan, incluso cosas buenas. Tal vez temen que Dios no los escuche. Pero el Señor nos dice que nos acerquemos a su trono con confianza (He 4.16).
Oración:
Señor, en este día me acerco a Ti con humildad, reconociendo que solo Tú puedes satisfacer los anhelos más profundos de mi corazón. Ayúdame a alinear mis deseos con Tu perfecta voluntad, para que no busque el control, la fama o la riqueza, sino que encuentre en Ti mi mayor deleite. Enséñame a confiar en que conoces mis verdaderas necesidades y a esperar con paciencia Tu provisión en el tiempo perfecto. Gracias por Tu amor inagotable y por invitarme a acercarme a Ti con confianza. En el nombre de Jesús, Amén.