Versículo diario comentado: Efesios 3:17-19

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Versículo:

Para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor, seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios. Efesios 3:17-19

Comentario:

El apóstol Pablo oró con fervor y de forma recurrente, para que los efesios tuvieran fortaleza interior. Esa fortaleza les ayudaba a perseverar en medio del sufrimiento, pero también les transformaba para que “Cristo [habitara] por la fe en [sus] corazones” (Ef 3.17). Notemos que Pablo no oró para que Cristo entrara en el corazón de los creyentes, como ocurre en el momento de la salvación. En lugar de eso, oró para que Cristo habitara en el núcleo de sus seres.

Dicho de otra manera, Pablo está diciendo que cuanto más fortalezca el Espíritu las vidas de las personas, más “[crecerán] en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo” (Ef 4.15). El señorío de Cristo se establecerá cada vez más en sus vidas. Y con Cristo como Rey en sus corazones, el reino de Dios crece también. El dominio justo y misericordioso del Señor puede propagarse a través de sus vidas a sus familiares y comunidades.

Nuestras oraciones por los demás, por tanto, no son solo para su transformación personal, aunque es crucial. A medida que nos asemejamos más a Cristo, actuamos más como Él lo haría, transformando nuestras relaciones y comunidades. Eso mismo ocurrió cuando los primeros cristianos asombraron a sus prójimos al mostrar amor no solo por los suyos, sino por todos. Y ahí es donde sigue la oración de Pablo, que exploraremos los próximos días.

Oración:

Señor, fortalece mi vida interior con tu Espíritu, para que Cristo habite plenamente en mi corazón por la fe. Que mi vida esté arraigada y cimentada en tu amor, y que pueda comprender la inmensidad de tu gracia y misericordia. Permíteme conocer tu amor, que sobrepasa todo entendimiento, para que sea lleno de tu plenitud y refleje tu luz en cada relación y comunidad en la que me encuentre. Que mi transformación sea un testimonio vivo de tu poder, extendiendo tu reino con cada acto de amor y servicio. En El Nombre de Jesús, Amén.