Versículo:
Lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo. 1 Juan 1:3
Comentario:
Cuando usted escucha la palabra “padre”, ¿qué imágenes le vienen a la mente: alguien gentil, severo, accesible, ausente? Más allá de las virtudes y debilidades de nuestros propios padres, tenemos un Padre celestial que es perfecto.
Si le resulta difícil imaginarse a un padre perfecto, mire la vida de Cristo. Él mismo es imagen de Dios Padre. En la Biblia, lo vemos atendiendo con amor a los niños, sanando a los enfermos y demostrando compasión por quienes no lo merecen. Además, da testimonio de un Padre celestial que ama sin reservas, escucha las oraciones y ofrece perdón gratuito.
La buena noticia es que cualquiera que haya nacido espiritualmente en la familia de Dios puede llamarlo “Padre”. Este nuevo nacimiento (Jn 3.3) tiene lugar cuando una persona acepta que Cristo cargó con sus pecados en la cruz. De hecho, el objetivo del Salvador al venir al mundo fue reconciliarnos con Dios Padre para que pudiéramos formar parte de su familia para siempre.
No importa cómo sea su padre terrenal, el Padre celestial está interesado e involucrado en la vida de usted. Él conoce sus necesidades, promete lo mejor para usted y no guarda sus faltas en su contra. Con Él, usted encontrará intimidad, seguridad y satisfacción. ¿Cómo le gustaría responder a su Padre celestial hoy?
Oración:
Padre celestial, gracias por tu amor incondicional y por recibirme en tu familia con brazos abiertos. Hoy quiero acercarme a Ti con confianza, sabiendo que me conoces y me cuidas en cada momento. Ayúdame a depender más de Tu guía, a confiar en Tu voluntad y a vivir conforme a Tu propósito. Enséñame a reflejar Tu amor en mi vida diaria y a caminar en la seguridad de Tu perdón y gracia. Gracias por ser mi refugio y fortaleza. En El Nombre de Jesús, Amén.