Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. Porque por ella alcanzaron buen testimonio los antiguos. Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía. Hebreos 11:1-3
La fe no es una creencia pasiva. Es una confianza activa que se apodera de nuestra alma: una sólida creencia en las promesas de Dios y una firme convicción de que Él es confiable. Cuando estamos rodeados de incertidumbre, nuestra fe nos dirige mientras ilumina el camino.
El versículo 1 del pasaje de hoy dice: “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”. Estas palabras pueden verse como una alentadora invitación a vivir con confianza, la cual sosiega el corazón y ancla el alma. También son un recordatorio de que nuestra esperanza descansa en un Dios amante y soberano.
En tiempos de pruebas y desafíos, la fe se convierte en nuestro refugio, susurrando: “No temas, porque Dios está contigo”. Nos motiva a dar un paso adelante en obediencia, incluso si hacerlo parece imposible. Y nos da el poder para enfrentar la adversidad con valentía, sabiendo que Dios está obrando en todo para nuestro bien.
El Señor nos llama a andar por fe (2 Co 5.7) y a entregarle nuestras dudas y temores. Quiere que creamos sus promesas, incluso cuando las circunstancias parezcan sombrías; confiar en Él nos permite ver más allá de lo visible hacia lo eterno. Entonces encontraremos fortaleza, paz y la presencia de nuestro Dios amoroso guiándonos en cada paso del camino.
Señor amado, hoy vengo ante Ti con un corazón abierto, reconociendo que mi fe es el ancla que me sostiene en medio de la incertidumbre. Enséñame a confiar en tus promesas, aun cuando mis ojos no puedan ver la respuesta. Dame la certeza de que caminas conmigo en cada paso, guiándome con amor y propósito. Que mi fe sea más fuerte que mis temores, más firme que mis dudas y más grande que cualquier obstáculo que enfrente. En Ti encuentro paz, fortaleza y la seguridad de que estás obrando para mi bien. En El Nombre de Jesús, Amén.