Guerrero de Dios: Soberano sobre todo lo que existe

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Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. Hechos 2:38

Los primeros relatos de la resurrección del Señor fueron tratados como cuentos vanos contados por individuos desesperados. En cierto modo, eso es comprensible, ya que la mayoría de las personas se niegan a creer en lo imposible. Pero Pentecostés fue un nuevo día.

Se había hecho historia cuando cada persona de la multitud escuchó el evangelio en su propia lengua (Hch 2.6-11). La multitud reunida conoció al Señor y sus milagros. Algunos de los presentes pueden haber sido escépticos que se habían unido para gritar “¡Sea crucificado!” (Mt 27.22). Sin embargo, Pedro afirmó con valentía: “Dios lo resucitó” de entre los muertos (Hch 2.24). Aquí estaba uno de los discípulos afirmando que el poder de la muerte no podía retener a Cristo.

El avivamiento que provocó el Espíritu Santo ese día dio como resultado 3000 nuevos creyentes que fueron bautizados y declararon de manera pública que Cristo murió por sus pecados, resucitó y ascendió al cielo. Transformaron comunidades al vivir el mensaje del evangelio de compasión y amor. La revolución que iniciaron se extendió por todo el mundo y aún continúa.

El día de Pentecostés es un recordatorio de la soberanía y la gracia de Dios: Él se asegura de que todas las personas receptivas al evangelio lo reciban en un idioma que puedan entender.

Señor eterno y poderoso, gracias por tu Espíritu Santo, que descendió en Pentecostés para llenar de vida y poder a tu Iglesia. Gracias por la gracia que has extendido a toda lengua y nación, permitiendo que tu mensaje llegue a cada corazón dispuesto a escucharlo. Te pido que avives en mí esa misma pasión y entrega que tuvieron los primeros creyentes, para que mi vida refleje tu amor, compasión y verdad. Usa mi testimonio para alcanzar a otros, y que tu Espíritu siga obrando poderosamente en el mundo. En el nombre de Jesús, amén.