Biblia Devocional en 1 Año: 1 Corintios 14

Publicado por

1 Corintios 14

1 Corintios 14 nos enseña que el propósito de los dones espirituales es edificar a la iglesia. La comunicación clara y el orden en el culto son esenciales para que todos puedan ser edificados y Dios sea glorificado. El amor debe guiar el uso de los dones, y siempre debemos actuar con respeto, humildad y orden en la vida comunitaria.

La Superioridad de la Profecía sobre las Lenguas (1 Corintios 14:1-5)

Pablo exhorta a los creyentes a buscar el amor y anhelar los dones espirituales, especialmente el de profetizar. Explica que quien habla en lenguas habla a Dios y edifica su propia vida espiritual, pero no edifica a la iglesia si no hay intérprete. Por otro lado, quien profetiza habla a los demás para edificación, exhortación y consuelo.

La Necesidad de Entender el Mensaje (1 Corintios 14:6-12)

Pablo usa ejemplos prácticos, como instrumentos musicales o una trompeta: si no emiten un sonido claro, nadie entenderá su mensaje. De la misma manera, hablar en lenguas sin interpretación no beneficia a los oyentes. La enseñanza debe ser clara para edificar a la iglesia, y los dones deben usarse con ese propósito.

Oración, Canto y Edificación Colectiva (1 Corintios 14:13-19)

Pablo anima a los que hablan en lenguas a orar para poder interpretarlas. Cuando alguien ora en una lengua desconocida, su espíritu ora, pero su mente queda sin fruto. Por eso, aconseja orar y cantar con el espíritu, pero también con entendimiento, para que los demás puedan decir «Amén» al mensaje.

Él mismo habla en lenguas, pero prefiere decir cinco palabras comprensibles que diez mil en lengua desconocida, para el beneficio de la congregación.

Las Lenguas como Señal y la Profecía como Edificación (1 Corintios 14:20-25)

Pablo explica que las lenguas son una señal para los incrédulos, mientras que la profecía es para los creyentes. Si un incrédulo entra y oye a todos hablar en lenguas, pensará que están locos. Pero si oye una profecía que revela los secretos de su corazón, caerá postrado y reconocerá que Dios está entre ellos.

Orden y Edificación en el Culto (1 Corintios 14:26-33)

Pablo instruye sobre cómo deben llevarse a cabo las reuniones de la iglesia: todo debe hacerse para edificación. Si alguien habla en lenguas, que lo haga de dos en dos, o a lo sumo tres, y siempre con interpretación. Si no hay intérprete, deben guardar silencio. De igual manera, los profetas deben hablar uno por uno y los demás juzgar su mensaje.

Dios es un Dios de orden, no de confusión, por lo que el culto debe reflejar esa realidad.

Instrucciones sobre el Rol de la Mujer en el Culto (1 Corintios 14:34-35)

Pablo menciona que las mujeres deben guardar silencio en las reuniones y, si desean aprender algo, preguntar en casa a sus esposos. Este pasaje ha sido objeto de múltiples interpretaciones y debates teológicos, pero en su contexto parece apuntar a mantener el orden en el culto.

Conclusión y Exhortación Final (1 Corintios 14:36-40)

Pablo recuerda a los corintios que sus instrucciones provienen del Señor y que quien es espiritual reconocerá su autoridad. Reitera que deben anhelar el don de profecía y no impedir que se hablen lenguas, siempre asegurándose de que todo se haga con orden y para edificación.

Versículo clave de 1 Corintios 14:

Pero hágase todo decentemente y con orden. 1 Corintios 14:40

Este versículo resume la instrucción de Pablo sobre el uso de los dones espirituales en la iglesia. Después de explicar la importancia de la edificación colectiva y la correcta administración de los dones, Pablo establece que todo debe hacerse con decencia y orden. La obra del Espíritu Santo nunca genera caos, sino que promueve la armonía, el respeto y la edificación mutua.

Este pasaje nos recuerda que, aunque el Espíritu Santo da dones de manera diversa, su uso debe contribuir a la unidad y al crecimiento espiritual de la comunidad. La adoración, la enseñanza y las manifestaciones espirituales deben llevarse a cabo de manera organizada, reflejando el carácter ordenado de Dios.

Oración:

Señor, gracias por los dones que das a tu iglesia para su edificación. Ayúdame a usar los dones que me has dado con humildad, sabiduría y respeto. Enséñame a contribuir a la armonía y el crecimiento de tu pueblo, haciendo todas las cosas con decencia y orden, reflejando tu carácter en cada acción. En el nombre de Jesús, Amén.