Versículo Diario Comentado: Salmos 51:7

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Versículo:

Purifícame con hisopo, y seré limpio; Lávame, y seré más blanco que la nieve. (Salmos 51:7)

Comentario:

Hay momentos en que, ante la culpa o el peso, una persona puede sentirse viviendo en medio del barro; y por mucho que intente librarse de esta situación, la impresión es que sus ropas, cuerpo y alma están siendo más impregnados y contaminados por este barro.

El salmista, sintiéndose sucio en el barro, no puede deshacerse de esta condición; por lo tanto, clama al Señor para que lo «purifique» para «lavarlo»; condiciones necesarias para la renovación de su relación de criado. Buscando la restauración, el salmista utiliza elementos de la naturaleza para ilustrar a Dios lo que necesitaba.

El salmista cita el «hisopo» (planta de propiedades medicinales muy conocida en la época) como agente limpiador fundamental de su estado; y la «nieve» que, por su blancura, se oponía al estado de putrefacción provocado por los innumerables pecados que admitía haber cometido y ser la causa de su caída en el fango más profundo.

¡Pero los agentes de limpieza de Dios son otros! El perdón, la misericordia, el amor; elementos que se encuentran en abundancia conforme a Su infinita gracia.

Por grande que sea el fango que experimente una persona, tiene la condición de ser «purificada» y «lavada»; basta para ello con que levante la mirada en dirección al Señor y le entregue su corazón.

Oración:

Señor, y deseo ser purificado y lavado con Tu perdón, Tu misericordia y Tu amor.