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Porque tú eres mi roca y mi castillo; Por tu nombre me guiarás y me encaminarás. Salmos 31:3
Comentario:
A veces nuestra vida espiritual parece una caminata agotadora por un desierto, sin oásis a la vista. La vida cotidiana, el sufrimiento y las dificultades pueden minar nuestras fuerzas. Pero el Espíritu de Dios provee energía sobrenatural en nuestro ser interior para que no nos cansemos ni perdamos la esperanza (Is 40.29-31).
El Espíritu Santo se encarga de muchas tareas. Ilumina la Palabra de Dios, ayuda a los creyentes en la oración y señala el pecado. Pero una de sus principales responsabilidades es capacitarnos para convertirnos en las personas que Dios quiere que seamos. Lo hace fortaleciéndonos en nuestra debilidad, consolándonos en nuestro dolor y dándonos el poder para perseverar en medio de dificultades y sufrimiento.
Si usted se está cansando, clame a su Padre celestial y confíe en el poder de Él, que es suficiente para toda debilidad y necesidad.
Oración:
Señor, fortalece nuestro espíritu con Tu poder, consuélanos en nuestras aflicciones y danos la perseverancia necesaria para superar cada desafío. Ayúdanos a confiar en Tu suficiencia y guíanos en el camino de Tu voluntad. En El Nombre de Jesús, Amén.
