Versículo:
Mirad que no menospreciéis a uno de estos pequeños; porque os digo que sus ángeles en los cielos ven siempre el rostro de mi Padre que está en los cielos. Mateo 18:10
Comentario:
“¿Qué les parece?” pregunta el Señor a sus discípulos en Mateo 18. “Si un hombre tiene cien ovejas, y se descarría una de ellas, ¿no deja las noventa y nueve y va por los montes a buscar la que se había descarriado?” (Mt 18.12).
Bueno, ¿qué pensamos nosotros? Si tuviéramos cien ovejas y una de ellas se alejara, no estoy seguro de que ninguno de nosotros dejaría al resto para ir a buscarla. Es probable que el único animal perdido sea considerado como una pequeña pérdida razonable. Pero en este pasaje, el Señor Jesús deja claro cuán preciosos son “estos pequeños” para Él. Está enfatizando un punto sobre una persona que parece no valer nada, la que tendemos a pasar por alto o no le damos mucha importancia: esa es la persona que Dios está buscando.
En otras palabras, la hoja de cálculo de Dios no se parece a la nuestra. En su presupuesto, no hay cálculos de pérdidas con respecto a sus “pequeños”. Nadie es considerado un daño colateral. Esa es una buena noticia porque Aquel que vela por las ovejas perdidas y los pequeños gorriones, también está velando por nosotros. Pero estas palabras son también un reto porque Dios nos pide que vivamos también con compasión. Felizmente, su gracia es suficiente para equiparnos para esta buena obra.
Oración:
Señor, gracias porque en Tu amor infinito no desechas a ninguno de Tus hijos, sino que buscas con ternura a los que se han alejado. Enséñame a reflejar ese mismo amor y compasión en mi vida, a no menospreciar a nadie, sino a valorar a cada persona como Tú lo haces. Dame un corazón dispuesto a ir tras los que necesitan Tu luz, y que siempre recuerde que, así como Tú me cuidas, también me llamas a cuidar de los demás. En El Nombre de Jesús, Amén.