Publicado por Versículo:
Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo; echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros. 1 Pedro 5:6-7
Comentario:
En el pasaje de hoy, Pedro escribe: “Humíllense, pues, bajo la poderosa mano de Dios” (v. 6). Pero, ¿cómo lo hacemos realmente? A continuación, se presentan algunas áreas comunes donde el orgullo puede manifestarse y cómo enfrentarlas con humildad:
Posesiones.
Comienza a dar. Honrar a Dios con tus diezmos es un buen punto de partida, pero también busca ayudar a quienes no pueden devolverte nada a cambio. No publiques tus actos de generosidad; mantén tu ayuda en secreto, como enseña Mateo 6:1-4.
Posición.
Reconoce que todo logro proviene de Dios. Él es quien te da la capacidad de triunfar (Isaías 26:12). Tu posición o éxito en este mundo solo tiene valor si lo usas para glorificar a Dios (Santiago 1:9-11).
Privilegios.
Muchos de los beneficios que disfrutamos no provienen de nuestro propio esfuerzo. Nadie es completamente “autodidacta”; otros han contribuido a abrir las puertas que hoy están frente a ti. Recuerda que todo lo bueno que tienes es por la gracia de Dios.
Entonces, ¿qué puedes hacer esta semana para crecer en humildad? Cuando enfrentamos activamente nuestro orgullo, Dios lo reemplaza con un espíritu que refleja quiénes somos en Cristo.
Oración:
Señor, examina mi corazón y muéstrame dónde he permitido que el orgullo tome lugar en mi vida. Enséñame a reconocer que todo lo que tengo y soy proviene de Ti. Que mis acciones y logros reflejen tu gloria y no mi ego. Hazme generoso, agradecido y dispuesto a servir con humildad. Sustituye mi orgullo con un corazón obediente, lleno de tu gracia y verdad. En El Nombre de Jesús, Amén.
