Seguir el ejemplo de Dios

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(Lee al final el estudio contextual del versículo de hoy) – * Ha sido agregado estudio de referencias cruzadas por palabras y términos de versículo al final del Devocional. Esperamos sea de bendición para ti.

Y vio Dios que la luz era buena; y separó Dios la luz de las tinieblas. (Génesis 1:4)

Como creyentes, tú y yo tenemos disponible la misma calidad de vida que Dios tiene. Su vida no está llena de miedo, estrés, preocupación, ansiedad o depresión. Y afortunadamente, el nuestro tampoco tiene por qué serlo. En lugar de preocuparte, Dios toma el tiempo para disfrutar Su creación, las obras de Sus manos.

En el relato de la Creación registrado en Génesis 1, las Escrituras dicen con frecuencia que después de que Dios hubo creado cierta porción del universo en el que vivimos, vio que era bueno (adecuado, agradable, digno, admirable), y Él lo aprobó. (Véanse los versículos 4, 10, 12, 18, 21, 25, 31.) Me parece que, si Dios se tomó el tiempo para disfrutar cada fase de Su creación, Su obra, entonces tú y yo también podemos tomar tiempo para disfrutar de nuestro trabajo. Podemos regocijarnos con gratitud sabiendo que Dios nos da la libertad de disfrutar nuestros logros.

Oración diaria: Padre, gracias por el ejemplo que me has dado y por la vida que me has hecho posible vivir. No tengo que vivir lleno de estrés, miedo o preocupación. Ayúdame a dejar esas cosas atrás y disfrutar de la vida que me has dado.

Estudio Bíblico Contextual del Devocional de Hoy:
Resumen de Capitulo Génesis 1:

El Génesis 1 presenta a Dios como creador del cosmos. Un estudio bíblico de Génesis 1 revela que este capítulo no sólo sirve de introducción al propio libro, sino a toda la Escritura. A través de su Palabra, Dios creó todas las cosas. Sobre esta doctrina se desarrolla el resto de la narración bíblica. Génesis nos enseña varios puntos importantes, entre ellos:

Dios es el único Creador. El universo no fue creado como resultado del azar, sino como obra del Dios eterno y soberano. La Biblia afirma que Dios creó el universo de la nada, pero no explica cómo lo hizo. En este punto hay mucho más de lo que podemos entender; son misterios que están más allá de nuestra capacidad de comprensión.

Dios no está sujeto a las leyes del tiempo y del espacio. El tiempo y el espacio forman parte del orden creado. Por eso su forma de actuar fuera del espacio y del tiempo nos resulta totalmente incomprensible.

En contraste con las antiguas mitologías y el folclore sobre la creación, la Biblia revela que no fue necesario ningún esfuerzo por parte de Dios para crear todas las cosas. Él es tan poderoso y suficiente en sí mismo que una sola orden de su boca supera el caos, crea límites y trae la vida a la existencia. La obra de la creación se produjo según la expresión de la voluntad de Dios a través de su Palabra. En cada día de la creación, Dios simplemente dio la orden: «Que sea […]».

Referencias cruzadas por término – Génesis 1:4:
Y vio Dios que la luz era buena.

Levántate, resplandece; porque ha venido tu luz,
y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti.
Isaías 60:1

Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.
Juan 8:12

La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella.
Juan 1:5

Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder.
Mateo 5:14

y separó Dios la luz de las tinieblas.

Que formo la luz y creo las tinieblas, que hago la paz y creo la adversidad. Yo Jehová soy el que hago todo esto. (Isaías 45:7)

Aun las tinieblas no encubren de ti, Y la noche resplandece como el día; Lo mismo te son las tinieblas que la luz. (Salmos 139:12)

Y he visto que la sabiduría sobrepasa a la necedad, como la luz a las tinieblas. (Eclesiastés 2:13)

y para señorear en el día y en la noche, y para separar la luz de las tinieblas. Y vio Dios que era bueno. (Génesis 1:18)

Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones. (2 Pedro 1:19)