Que venza la esperanza

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(Lee al final el estudio contextual del versículo de hoy) – * Ha sido agregado estudio de referencias cruzadas por palabras y términos de versículo al final del Devocional. Esperamos sea de bendición para ti.

¿Por qué te abates, oh alma mía, Y te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío. (Salmos 42:5)

Oración Diaria: Padre, aun cuando me encuentre triste, o presa de la angustia o la depresión, sigues siendo Dios, perfecto, omnipotente, bondadoso y misericordioso. Por eso, ayúdame a encontrar un rayo de esperanza en medio de las oscuras circunstancias, anclando en el gozo y la certeza de saber que Te encuentras siempre a mi lado.

Estudio Bíblico Contextual del Devocional de Hoy:
Resumen del Capítulo – Salmos 42

En el Salmo 42, el salmista David nos revela su profundo anhelo de la presencia de Dios. «Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, Así clama por ti, oh Dios, el alma mía. (Salmos 42:1)».

A lo largo de los siglos, miles de hombres y mujeres de Dios han repetido el Salmo 42 en la oración, lo que lo convierte en uno de los más conocidos de la Santa Biblia.

El salmista mantiene un profundo diálogo con su propia alma. Le pregunta al alma: ¿Por qué te abates, oh alma mía, Y te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío. (Salmos 42:5)

La fe reconforta a la razón. No ve la razón en el dolor de su propia alma. La anima a confiar en Dios, porque su intimidad con Dios le asegura que el Señor Dios actuará.

Cuando pasamos por momentos difíciles, no es raro que quienes nos observan nos pregunten: «¿Dónde está tu Dios?» Nos afrentan, porque a ellos les parece que nuestra fe no tiene fundamento.

Sin embargo, el salmista no cede a la provocación. Invoca al Señor Dios para que le dé la gracia y sigue esforzándose por su alma: «¿Por qué te abates, oh alma mía, Y te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío. (Salmos 42:5)

Es decir, su esperanza es que, cuando todo termine, habrá alabanza a Dios en sus labios.

Esquema de los Salmos 42:

42.1 – 4: Como la cierva

42.5 – 7: El alma en pena

42.8 – 11: «¿Dónde está tu Dios?»

Referencias cruzadas por término – Salmos 42:5
¿Por qué te abates, oh alma mía, Y te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío.

Mateo 1:23 – He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, Y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros.

Salmos 71:14 – Mas yo esperaré siempre, Y te alabaré más y más.

Salmos 44:3 – Porque no se apoderaron de la tierra por su espada, Ni su brazo los libró; Sino tu diestra, y tu brazo, y la luz de tu rostro, Porque te complaciste en ellos.

Romanos 4:18-20 – El creyó en esperanza contra esperanza, para llegar a ser padre de muchas gentes, conforme a lo que se le había dicho: Así será tu descendencia. Y no se debilitó en la fe al considerar su cuerpo, que estaba ya como muerto (siendo de casi cien años), o la esterilidad de la matriz de Sara. Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios,

Salmos 77:3 – Me acordaba de Dios, y me conmovía; Me quejaba, y desmayaba mi espíritu. Selah

Salmos 56:11 – En Dios he confiado; no temeré; ¿Qué puede hacerme el hombre?

Isaías 50:10 – ¿Quién hay entre vosotros que teme a Jehová, y oye la voz de su siervo? El que anda en tinieblas y carece de luz, confíe en el nombre de Jehová, y apóyese en su Dios.

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