La Razón de Nuestra Seguridad

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Porque si vivís conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis. (Romanos 8:13)

La persecución existe en todas partes. Uno puede sufrir acoso o maltrato por su fe, sin tener que mudarse a otro país donde Dios es despreciado abiertamente. Y aunque estos abusos pueden dañar la manera como nos ganamos el sustento, ganarnos la antipatía de los amigos, o incluso quitarnos la vida, no debe destruir nuestra fe; esa clase de daño sucede solo cuando los creyentes se aferran a cosas temporales.

¿Qué se le puede quitar a quien no posee nada? Si el creyente reconoce a Dios como el dueño de todos sus bienes, entonces no puede sufrir jamás una pérdida.

¿A quién se le puede obligar a servir cuando ya hace la voluntad de Alguien más? Quien elige una vida de humildad, no puede ser humillado por hacer lo correcto.

¿Cómo pueden matar a alguien que ya está muerto? Solo hay una cosa que se le pueden quitar a una persona que ha sido crucificada a este mundo y a sus atractivos: su vida física. Pues ésta la cambiará voluntariamente por la recompensa eterna del cielo.

Si los creyentes son cautivados por las cosas que les rodean, pueden dañar su fe. Pero cuando la persona rinde a Jesucristo toda su vida, y reconoce su control total, no se preocupa por lo que está en las manos de Él. Tienen la confianza de que Dios será suficiente tanto en las bendiciones como en las dificultades que se les presenten (Sal 23).

Nada de lo que tenemos en este mundo atravesará con nosotros las puertas del cielo. Por tanto, el mejor lugar para acumular riqueza terrenal es el altar del Señor. Ríndale a Él su vida y todo lo que tiene. Tenga más cercanía con el Todopoderoso, quien le consolará y guiará en la persecución

Palabra Diaria: Señor, madura mi Espíritu para no confundirme con los bienes del mundo, sino a aferrarme a los bienes eternos, que sólo Tu puedes brindarme.

Más Palabra Edificada / Vida de oración y fe:

«Orad sin cesar.» 1 Tesalonicenses 5:17

-«Tarde y mañana y a mediodía oraré y clamaré,
Y él oirá mi voz.» Salmos 55:17
-«gozosos en la esperanza; sufridos en la tribulación; constantes en la oración» Romanos 12:12

-«y cualquiera cosa que pidiéremos la recibiremos de él, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de él.» 1 Juan 3:22

-«Perseverad en la oración, velando en ella con acción de gracias» Colosenses 4:2
-«…para ocuparos sosegadamente en la oración…» 1 Corintios 7:5

-«Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible.» Marcos 9:23

-«Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.» Lucas 11:9

-«Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.» Hebreos 11:1

-«Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis.» Mateo 21:22

-«Respondiendo Jesús, les dijo: Tened fe en Dios.» Marcos 11:22

-«Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.» Hebreos 11:6

-«Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.» Filipenses 4:6

-«Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá.» Marcos 11:24