La Paz de Escuchar

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Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz estará con vosotros. (Filipenses 4:19)

Aprender a escuchar a Dios es clave para obedecer su voluntad. El Señor habla a sus hijos por medio de cuatro recursos.

La Biblia. Nuestro manual de acciones y pensamientos de Dios. Es la fuente primordial del creyente para conocerlo y confiar en Él. Esto significa que no basta con que la leamos un poquito cada día. Nuestra meta debe ser absorber su mensaje y escuchar lo que Dios nos dice en cuanto a cómo y dónde aplicar su Palabra.

La oración. Como todo buen amigo, el Señor desea dar y recibir. Por tanto, la oración no está completa si el único que habla es uno. Debemos silenciar nuestros labios y pensamientos para que puedan abrirse nuestros oídos espirituales.

Las circunstancias. El Señor indicaba a menudo sus caminos a los santos de la Biblia por medio de las circunstancias que enfrentaban. Él sigue haciendo lo mismo hoy. Las situaciones son diferentes, pero Dios es el mismo. Él usa cada día para desenmascarar maneras incorrectas de pensar, abrir o cerrar puertas de oportunidades y demostrar que sus promesas son verdaderas.

Otras personas. Pastores, amigos y consejeros pueden traer la verdad a la vida de alguien. El Señor posiciona a los creyentes en comunidad para que puedan ser apoyados por quienes están a su alrededor. Él no duda en enviar un mensaje por medio de alguien que conozcamos.

Pero Dios no usa solo uno o dos de estos métodos para llegar al creyente. Él habla a través de todos ellos. Tenemos que afinar nuestros oídos espirituales, recordando siempre que un mensaje del Señor debe estar de acuerdo con su santa Palabra. Dios le está hablando a usted.

Oración:

Señor, concédeme la gracia para que pueda oírte y seguir tus sabios consejos de amor y misericordia, de forma que pueda caminar siempre por los senderos de Tu maravillosa voluntad.

Más Palabra Edificada /Saber escuchar:

Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse.
Santiago 1:19

Y él dijo: Antes bienaventurados los que oyen la palabra de Dios, y la guardan.
Lucas 11:28

Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces.
Jeremías 33:3

Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos.
Santiago 1:22

Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye.
1 Juan 5:14

Entonces me invocaréis, y vendréis y oraréis a mí, y yo os oiré.
Jeremías 29:12

El entendido en la palabra hallará el bien,
Y el que confía en Jehová es bienaventurado.
Proverbios 16:20

Amo a Jehová, pues ha oído
Mi voz y mis súplicas;
Porque ha inclinado a mí su oído;
Por tanto, le invocaré en todos mis días.
Salmo 116:1-2

Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca.
Mateo 7:24