Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré; de manera que podemos decir confiadamente: El Señor es mi ayudador; no temeré Lo que me pueda hacer el hombre. Hebreos 13:5-6
Aislarnos puede ser agradable, incluso relajante, sobre todo después de un día ajetreado. Pasar tiempo a solas puede hacernos sentir con más energías y descansados. Pero la soledad es diferente.
Entonces, ¿qué debe hacer si se siente solo? Primero, pregúntese si ha aceptado la invitación de Cristo a tener una relación personal con Él. Es el amigo más cercano y querido que podemos tener. Segundo, recuerde que Dios promete una y otra vez que nunca le dejará ni le desamparará. (Vea Dt 31.6; Jos 1.5, 9; Sal 27.10; Jn 14.18). También puede…
Orar. Pídale al Señor que le ayude a tener una comprensión correcta de quién es usted como hijo suyo. La Biblia nos dice que Dios nos ama con amor eterno (Jer 31.3) y que Él es un amigo más cercano que un hermano (Pr 18.24). Pídale que le ayude a sentir su amor y su amistad.
Memorice las promesas del Señor. Mencionamos algunas, pero ¿hay alguna que quiera agregar? Examine las Sagradas Escrituras en oración para encontrar promesas que le animen.
Pídale al Señor amistades piadosas. Ore para que Dios traiga a su vida a las personas adecuadas, en especial aquellas con las que pueda reír y orar. La amistad es una expresión del amor y la bondad del Señor en nuestra vida.
Señor, en medio de la soledad, ayúdame a recordar que nunca me dejas ni me desamparas. Eres mi refugio, mi consuelo y el amigo más fiel. Llena mi corazón con Tu amor y ayúdame a descansar en la certeza de que estoy seguro en Ti. Enséñame a confiar en Tus promesas y a encontrar gozo en Tu presencia. Te pido también que pongas en mi vida amistades piadosas que reflejen Tu amor y me animen en el camino de la fe. Gracias, Señor, porque en Ti nunca estoy solo. En El Nombre de Jesús, Amén.