El mejor intercambio

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(Lee al final el estudio contextual del versículo de hoy) . Esperamos sea de bendición para ti.

Echa sobre el Señor tu carga, y Él te sustentará; El nunca permitirá que el justo sea sacudido. (Salmos 55:22)

Nuestra seguridad no está en lo sabio, valiente, rico o fuerte que seamos, sino en entender y conocer al Dios en quien hemos confiado. Está bien conocernos a nosotros mismos y saber cuáles son nuestras fortalezas y debilidades; pero aún el mejor boxeador del mundo puede ser derribado por un golpe de suerte de un peleador más débil, el hombre más inteligente pudiera errar en sus cálculos y las riquezas pueden evaporarse de la noche a la mañana por el colapso del sistema financiero.

Por ello es importante entender el significado del versículo de hoy, el nos  menciona: Dios quiere hacer un intercambio contigo Él quiere que eches sobre Él tu carga, problemas y fracasos y en retorno, Él te dará Su paz y alegría.

Dios realmente quiere cuidarnos, pero para dejarlo a Él que lo haga, tenemos que parar de intentar de cuidarnos a nosotros mismos y preocuparnos sobre cada pequeña cosa que no podemos controlar. Mucha gente quisiera que Dios cuide de ellos, pero insisten en preocuparse o intentan descifrar una respuesta por sí mismos, en lugar de esperar la dirección de Dios.

Dios nos dará paz, pero primero debemos darle a Él nuestras preocupaciones. ¡Qué gran intercambio! Le damos a Dios nuestra preocupación, y Él nos da Su paz. Le damos todas nuestras cargas y preocupaciones, y Él nos da Su protección, estabilidad y alegría. Esa es la increíble bendición y privilegio de ser cuidado por Él.

Oración diaria: Señor, me has ofrecido un intercambio maravilloso. Tu eres mucho más capaz que yo, ¡así que te doy todas mis cargas y recibo toda la paz y la alegría que Tú me ofreces!

Estudio Bíblico Contextual del Devocional de Hoy:
Resumen del capítulo Salmos 55:

El título de este Salmo es Al músico principal; en Naigot. Masquil de David. El salmo describe un tiempo de algún tipo de rebelión o lucha de poder contra David, y en el que un líder clave en la lucha fue un socio de confianza que traicionó a David. La ciudad es peligrosa debido a la rebelión y David clama a Dios. La mayoría de los comentaristas ajustan este salmo a la rebelión de Absalón (2 Samuel 15-18) y al asociado de confianza como Ahitofel. Algunas partes de este salmo parecen encajar con la rebelión de Absalón, pero otras no. Es difícil imaginar a David deseando que Absalón vaya al infierno (Salmo 55:15) cuando ni siquiera quería que muriera. Puede ser que los eventos relacionados con este salmo no estén registrados en la historia sagrada de la vida de David.

Referencias cruzadas Salmos 55:22

Filipenses 4:6-7 – Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.

Salmos 37:24 – Cuando el hombre cayere, no quedará postrado, Porque Jehová sostiene su mano.

Salmos 63:8 – Está mi alma apegada a ti; Tu diestra me ha sostenido.

Mateo 6:31-34 – No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal.

Mateo 11:28 – Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.

Juan 10:27-30 – Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre. Yo y el Padre uno somos.

Salmos 42:10-11 – Como quien hiere mis huesos, mis enemigos me afrentan, Diciéndome cada día: ¿Dónde está tu Dios? ¿Por qué te abates, oh alma mía, Y por qué te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío.

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