Comentario diario #510: Filipenses 4:6-7

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Versículo:

«Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús» (Filipenses 4:6-7)

Comentario:

En un mundo tan convulsionado como el de hoy, La palabra de Dios,  nos ofrece una sabia reflexión, pero que la mayoría de las veces pasamos por alto y dejamos de aplicar en nuestra vida diaria. Mateo 6:34 señala: «Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal». Es decir, aprendamos a confiar al Señor, nuestros problemas de hoy y enfrentemos con esa misma fe y confianza los problemas de mañana, solo cuando estos constituyan el presente. ¿Por qué pensar en lo que vendrá el próximo día si nuestra realidad es hoy?

Las escrituras de hoy son un reflejo de que el apóstol Pablo comprendió con gran convicción esta verdad. Él como ciervo de Cristo pudo haberse rendido ante las numerosas preocupaciones que rodeaban su vida al servicio del Señor: miedo de perder su vida al ser perseguido por su fe, preocupaciones sobre su salud que le impidieran emprender los largos viajes para dar testimonio del obrar de Cristo en su vida o dejarse vencer por la ansiedad de estar en prisión y haber perdido de las cosas más preciadas de la vida: su libertad.

No obstante en su cautiverio, Pablo encontró la calma para escribir esa maravillosa muestra de Fe en Dios, descansar en Él nuestras peticiones para que su paz “que sobrepasa todo entendimiento, guarde vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús”.

El Señor, nos quiere fortalecidos en fe, regocijados en Él y no paralizados por el miedo de lo que pueda llegar en nuestras vidas. Nos quiere armados en la oración para descansar en Él todas nuestras preocupaciones.

Recuerda, cuando te sientas vulnerable, Dios será tu fuerza. Cuando decaiga la esperanza, el restablecerá tu fe, cuando te gane la ansiedad, el renovará la calma y la paz. Aprendamos a confiar en el Señor hoy y pensemos el futuro, solo cuando este se vuelva presente.

Oración:

Señor, Ayúdame a fortalecerme ante la angustia y la ansiedad del porvenir. Guíame para descansar en Ti, todas mis preocupaciones, y que Tu paz que sobrepasa todo entendimiento guarde mi corazón en Cristo Jesús. Amén