Comentario diario #355: Salmos 46:4

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Versículo:

Del río sus corrientes alegran la ciudad de Dios, El santuario de las moradas del Altísimo. (Salmos 46:4)

Comentario:

El salmista, en su expresión de fe, contempla la presencia de Dios en medio de su pueblo y lo registra mediante elementos ilustrativos.

Un río que fluye hacia Dios simboliza la llegada y la concentración de todos los que van a esa reunión.

Pero no son aguas ordinarias, son «corrientes» (un movimiento que indica una dirección) que están llenas de regocijo y producen alegría. La dirección tomada es la que nos lleva a Dios, a su ciudad, al lugar de culto.

Dios es nuestro gran refugio cuando confiamos y descansamos en él, pero también es el centro al que debemos dirigir nuestra vida.

No basta con pensar o saber que Dios es algo maravilloso, hay que vivirlo en nuestra propia vida; así que cuando divisamos el río que nos lleva a su presencia, debemos sumergirnos en él para desembocar en el lugar donde Él está.

Oración:

Señor, que Tus corrientes de bendición me arrastren a  la voluntad maravillosa que tienes para mi, de forma que obtenga el galardón de una vida de la paz y confianza que sólo Tu puedes darnos. Amén