Biblia Devocional en 1 Año: Salmos 139

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(Lee al final el estudio un devocional de Salmos  139. Esperamos sea de bendición para ti)

Salmo 139: Abrazar el conocimiento íntimo y el cuidado amoroso y constante del Señor.

El Salmo 139 es una expresión profunda y muy personal de la relación del rey David con Dios. En este salmo, David reflexiona sobre la naturaleza omnisciente del creador, Su presencia constante y Su íntima participación en todos los aspectos de su vida. Exploremos los temas y mensajes clave de este salmo.

Los versículos 1 a 6 sientan las bases del salmo, pues David se maravilla ante el completo conocimiento que Dios tiene de él. Reconoce que Dios le ha escudriñado y conocido, percibiendo cada uno de sus pensamientos y acciones. David encuentra consuelo en el hecho de que El Señor conoce íntimamente todos sus caminos, incluso antes de que una palabra esté en su lengua. Esta comprensión sobrecoge a David y le deja asombrado ante el amplio conocimiento de nuestro Padre Celestial.

En los versículos 7 a 12, David contempla la omnipresencia de Dios. Reconoce que, vaya donde vaya, no puede escapar a la presencia del Señor, que lo protege y lo dirige en toda situación. Tanto si asciende a los cielos como si desciende a las profundidades, Dios está allí. David reconoce que ni siquiera la oscuridad puede ocultarle del amor del Señor, y que la noche es tan brillante como el día para Él. Esta verdad reconforta y tranquiliza a David, pues reconoce que la presencia de Dios es constante e inalterable.

Pasando a los versículos 13 a 18, David reflexiona sobre la participación de Dios en su propia creación. Reconoce que Dios lo formó en el vientre de su madre, con cuidado y precisión. David alaba a Dios por los intrincados detalles de su ser, reconociendo que está hecho de forma temible y maravillosa. David también encuentra fortaleza en saber que los pensamientos de Dios hacia él son preciosos y numerosos, más de los que puede contar. Se maravilla de la atención y el cuidado constantes de Dios, que vio su sustancia no formada y ordenó todos sus días.

En los versículos 19 a 22, David expresa su firme postura contra la maldad y los malhechores. Se alinea con la justicia y la santidad que el Señor espera de sus hijos, pidiéndole que examine y juzgue a los que se le oponen. La súplica de David al justo juicio del Señor demuestra su compromiso de vivir según sus caminos y su deseo de que prevalezca la justicia divina.

El salmo concluye con los versículos 23 y 24, en los que David invita a Dios a escudriñar su corazón y guiarle por el camino de la vida eterna. Pide a Dios que revele cualquier camino ofensivo que haya en él, confiando en la guía y corrección divinas. David expresa su voluntad de ser guiado por Su Padre de los cielos, por el camino de la justicia, deseando en última instancia morar en la presencia del Señor, para siempre.

En resumen, el Salmo 139 es un salmo profundamente personal y reflexivo que celebra el conocimiento íntimo y el cuidado siempre presente de Dios. Nos invita a abrazar la realidad de la naturaleza omnisciente del Señor, Su presencia constante y Su implicación en todos los aspectos de nuestra vida. Nos anima a entregarnos a Su guía, alinear nuestros corazones con Su justicia y morar en Su presencia para siempre.

Devocional:

Oh Jehová, tú me has examinado y conocido. Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme; Has entendido desde lejos mis pensamientos. (Salmos 139:1-2)

Una de las oraciones más conocidas de David, registrada en el Salmo 139, recoge su petición a Dios de que «escudriñe» su corazón. Ésta es la primera característica de una oración «más que abundante», porque implica el ardiente deseo del cristiano de someter sus caminos al escrutinio del Padre Celestial. Nuestra posición como hijos de Dios es reconocer que nuestro Padre no es un genio salidio de una lámpara que nos dará lo que queremos, sino un Señor al que acudimos en busca de perdón, misericordia y guía.

Pedir a Dios que escudriñe nuestros corazones es someterse a su señorío. Significa tener el valor de exponer nuestra humanidad al Señor, pidiéndole que nos muestre lo que hay que cambiar y transformar. Es aceptar humildemente que nuestros esfuerzos más sinceros por agradarle no son suficientes, y que siempre habrá algo en lo que trabajar en nuestras vidas.

Cuando pedimos humildemente a Dios que escudriñe nuestros corazones, nos hace ver en lo más profundo de nosotros mismos lo que necesita ser transformado para servirle con amor, fidelidad y obediencia. ¡Pide al Señor que te escudriñe!

Oración:

Señor, sondea mi corazón, escudriña mis pensamientos y ve en ellos lo que me aleje de Ti, te desagrade y no te glorie, para que en Tu inmensa gracia me ayudes cada día a cambiarlo, a convertirme en la nueva creación a la que me has llamado, a ser ejemplo de Tu amor y de Tu misericordia, entre mis hermanos. Y que cada día lo vea como una grandiosa oportunidad que me regalas, para luchar por ser todo aquello a lo que me has llamado y a cumplir Tu voluntad perfecta en mi vida. En El Nombre de Jesús, Amén.