Biblia Devocional en 1 Año: Salmos 135

Publicado por
(Lee al final el estudio un devocional de Salmos  135. Esperamos sea de bendición para ti)

Salmos 135: Alabanza a Dios por su bondad, poder y juicio soberanos

El Salmo 135 sigue el tema de alabanza a Dios establecido en el Salmo 134. Al igual que el salmo anterior, el Salmo 135 comienza con una invitación a alabar a Dios (vv. 1-4) y luego enumera razones para tal alabanza (vv. 5-21).

Los primeros cuatro versículos invitan específicamente a Israel, el pueblo elegido de Dios, a alabarlo. Se los exhorta a alabar el nombre del Señor por su bondad y por su gloria. Al igual que en el Salmo 134, esta invitación parece estar dirigida principalmente a los levitas que servían en el templo.

Los versículos 5-12 describen la soberanía de Dios sobre la creación como la primera razón para la alabanza. Se dice que Dios es grande y digno de alabanza por encima de todos los dioses paganos, porque él es el Creador. La creación del cielo, la tierra, el mar y todos sus contenidos manifiestan el gran poder y la sabiduría de Dios. Estos versículos destacan la supremacía ontológica única de Yahvé como Creador y Dueño soberano de todo lo creado.

Los versículos 13-18 describen la salvación soberana de Dios para Israel como la segunda razón para alabarlo. Enumeran cómo Dios rescató a Israel de Egipto, los guió por el desierto y los llevó a la tierra prometida, destruyendo a los reyes enemigos que se interponían en su camino. Estos hechos gloriosos de redención subrayan el cuidado providencial inquebrantable de Dios por su pueblo elegido.

Finalmente, los versículos 19-21 concluyen enumerando la justicia soberana de Dios sobre las naciones como la última razón para alabarlo. Aquí se recalca que si bien Dios salvó a Israel, también juzgará justamente a las naciones paganas según sus obras. Esto enfatiza el juicio final de Dios sobre toda la humanidad de acuerdo con su justo y santo criterio.

En resumen, el Salmo 135 convoca a Israel a alabar a Dios debido a su soberanía manifestada en la creación, la redención de Israel y el juicio final sobre las naciones. Estos tres atributos enfatizan el poder, la gracia salvífica y la justicia de un Dios digno de nuestra total alabanza. Al igual que en el salmo anterior, esta alabanza constante es una respuesta apropiada al carácter perfecto y a las acciones poderosas de Dios a lo largo de la historia.

Devocional:

Alabad el nombre de Jehová; Alabadle, siervos de Jehová; Los que estáis en la casa de Jehová, En los atrios de la casa de nuestro Dios. Alabad a JAH, porque él es bueno; Cantad salmos a su nombre, porque él es benigno. (Salmos 135:1-3)

Tengo muchas razones para aplaudir a Dios sin parar. Y ninguna cantidad de alabanzas hacia Él es irrazonable o exagerada. Su carácter es inquebrantable y su amor benditamente extravagante.

Me llamó cerca de Él cuando el estado de mi alma era deplorable. Incluso hoy, cuando (involuntariamente) dejo que parte de mi alma se enmohezca, Él está ahí dispuesto a erradicar el mal y a llamarme a la pureza.

No existe nada sobre la creación que pueda siquiera acercarse a Él en bondad, pues es Él, amor en toda su extensión. Es grande en generosidad, pero igualmente grande en poder. Él supera a cualquier ídolo humano que exista.

Nada está fuera de Su alcance y lo que promete lo cumple.

Su dedo se nota en la naturaleza, que a su vez está totalmente subordinada a Él. Lo mismo ocurre con las figuras más destacadas de la historia, que, aunque Le tengan aversión, no tienen más remedio que inclinarse ante Su Nombre: «¡Señor, serás proclamado para siempre como Dios!

Todas las generaciones te recordarán». Yo, en mi pequeñez, desearía que cada vez más personas se dieran cuenta de lo impresionante que es que Alguien tan distinguido se preste al ejercicio continuo de la misericordia.

Sí, Dios es perfecto en justicia y gracia. Él me defiende y me hace responsable. Me lleva en sus palmas, sin permitir que le manipule.

Dios misericordioso que me llama a la disciplina cuando más lo necesito y me sostiene con afecto, en los momentos adecuados.

He abandonado los dioses que creé para mi conveniencia, cuando en perdido, en el camino equivocado, vagaba sin esperanza.

Ahora sólo tengo palabras de alabanza y gratitud para Aquel que se ha dignado a acampar en mi corazón, sólo por mérito de Su misericordia, de Su amor y de Su gracia.

Oración:

Señor, gracias porque ofreces Tu amor incondicional a cada uno de Tus hijos y rescatas sus corazones de la perdición que el enemigo del mundo cada día intenta engrandecer, promover e incrustar en el alma de los hombres. Te alabo y Te adoro, pues sólo Tú eres digno de todo el poder, la honra y la gloria. Sólo ayúdame y dirígeme Señor, para que cada día yo este a la altura del desafío, de servirte con fidelidad, con humildad, con obediencia y con amor, siendo reflejo de Tu gracia en todos mis hermanos. Que en Ti, yo pueda lograrlo, Padre. Te Lo Pido en El Nombre de Jesús, Amén.