Biblia Devocional en 1 Año: Salmos 106

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(Lee al final el estudio un devocional de Salmos  106. Esperamos sea de bendición para ti)

Salmo 106- Misericordia y perdón de Dios.

El Salmo 106 es un himno que reconoce los pecados y las transgresiones del pueblo de Israel a lo largo de su historia, y al mismo tiempo, declara la misericordia y el perdón de Dios. En este salmo, el autor reflexiona sobre la rebeldía y la ingratitud del pueblo, pero también destaca la fidelidad y el amor inagotable de Dios hacia ellos.

El salmo comienza con una exhortación a dar gracias al Señor por su bondad y su amor eterno. En los versículos 1 al 3, el autor declara la bendición de aquellos que actúan con justicia y recuerda la importancia de guardar los mandamientos de Dios. Se enfatiza que la alabanza y la gratitud a Dios deben ser constantes.

En los versículos 4 al 6, el salmista reconoce que tanto él como su pueblo han pecado y han actuado injustamente. Se menciona la iniquidad de los antepasados y cómo ellos y sus descendientes se rebelaron contra Dios y no siguieron sus mandamientos. El autor reconoce la necesidad de confesar y reconocer los pecados cometidos.

En los versículos 7 al 15, el salmista recuerda los actos poderosos de Dios en la liberación de Israel de Egipto. Se mencionan las señales y prodigios realizados en la tierra de Egipto y cómo Dios abrió el Mar Rojo para que su pueblo pudiera escapar de la esclavitud. Sin embargo, el autor también destaca la rebeldía del pueblo en el desierto y su falta de fe en las promesas de Dios.

En los versículos 16 al 23, el salmista narra cómo el pueblo de Israel se rebeló contra Dios en el desierto y provocó su ira con su idolatría y su desobediencia. Se menciona el episodio del becerro de oro y cómo el pueblo olvidó las maravillas que Dios había realizado en su favor. A pesar de esto, Dios mostró su misericordia y perdonó al pueblo.

En los versículos 24 al 27, el salmista recuerda cómo Dios condujo a su pueblo a la tierra prometida y les dio la victoria sobre las naciones enemigas. Se menciona cómo el pueblo olvidó el favor de Dios y se mezcló con las naciones paganas, adoptando sus prácticas idolátricas. A pesar de la desobediencia del pueblo, Dios mostró su amor y los salvó por amor a su nombre.

En los versículos 28 al 33, el salmista relata cómo el pueblo de Israel continuó rebelándose contra Dios en la tierra prometida, provocando su ira con su falta de fe y su adoración a los ídolos. Se mencionan las plagas y la destrucción que sobrevinieron como consecuencia de su pecado. A pesar de todo, Dios escuchó sus clamores y mostró su poder redentor.

En los versículos 34 al 43, el salmista describe cómo Dios mostró su misericordia al pueblo de Israel al concederles la victoria sobre sus enemigos y permitirles tomar posesión de la tierra prometida. Se menciona cómo Dios recordó su pacto y escuchó las súplicas del pueblo. El autor concluye el salmo reconociendo la necesidad de alabar y dar gracias al Señor por su bondad y amor eterno.

En resumen, el Salmo 106 es un himno que reconoce los pecados y las transgresiones del pueblo de Israel a lo largo de su historia, pero también declara la misericordia y el perdón de Dios. El salmista reflexiona sobre la rebeldía y la ingratitud del pueblo, pero destaca la fidelidad y el amor inagotable de Dios hacia ellos. Se recuerdan los actos poderosos de Dios en la liberación de Israel, la rebeldía del pueblo en el desierto y la misericordia de Dios en su redención.

Este Salmo nos enseña la importancia de reflexionar sobre nuestros propios pecados y transgresiones, reconociendo nuestra necesidad de perdón y misericordia. Nos insta a ser agradecidos por la bondad y el amor eterno de Dios, a pesar de nuestraslimitaciones y errores. También nos recuerda la fidelidad de Dios a pesar de nuestra rebeldía, y la importancia de confesar nuestros pecados y buscar su perdón. A través de este salmo, somos animados a alabar y dar gracias a Dios por su amor inagotable y su misericordia, reconociendo que su fidelidad perdura para siempre.

Devocional:

Dichosos los que guardan juicio, Los que hacen justicia en todo tiempo. (Salmos 106:3)

Humillados a la condición de esclavos, los hijos de Israel sufrieron 400 años bajo la tiranía de un monarca cuyo principal objetivo era engrandecer su reino por encima de todos los demás. Al oír el clamor de su pueblo oprimido, el Señor suscitó a sus hermanos Moisés y Aarón para que los condujeran de vuelta a la tierra que había prometido una vez por medio de Abraham. Grandes signos y prodigios dejaron en ruinas el gran reino de Egipto a causa de la dureza de corazón del faraón, abriendo el camino para que los hebreos fueran libres a su destino prometido.

Pero las voces que antes se habían alzado en clamor y súplica, atrapadas entre sus enemigos y el Mar Rojo, pronto olvidaron las plagas que sólo habían visto con sus ojos, alzándose en ofensas y acusaciones contra el liderazgo de Moisés. Una vez más, el Señor manifestó su poder haciendo de lo improbable un camino seco y destruyendo a quienes les amenazaban: «Entonces creyeron en sus palabras y le cantaron alabanzas. Pero pronto olvidaron sus obras y no esperaron su propósito» (vv.12-13).

El salmista presentó una lista de los pecados de Israel: ingratitud (v. 13), desobediencia (v. 14), codicia (v. 15), envidia (v. 16), idolatría (v. 19), murmuración (v. 25), rebelión (v. 33), yugo desigual (v. 35), infanticidio y adoración de demonios (v. 37). De modo que Dios «abominó de su heredad y los entregó al poder de las naciones» (vv.40-41). Los grandes milagros realizados en favor de Israel pueden clasificarse sin duda entre los mayores prodigios jamás realizados a la vista de los hombres. Las plagas derramadas sobre Egipto, la apertura del Mar Rojo, la columna de nube de día, la columna de fuego de noche, el maná, la fuente de agua que brotaba directamente de la roca, las liberaciones de los enemigos que les acosaban, son ejemplos de la misericordia del Señor sobre un pueblo que le provocaba constantemente a la cólera (v. 29) rechazando sus leyes y estatutos.

Una sociedad sin leyes está expuesta al desorden y a todo tipo de horribles resultados, una sociedad sin Dios, está condenada a la perdición. Por ello, atendamos el llamado del Salmista y seamos cada día semillas, en nuestros hermanos, que caigan en cuenta del Amor que Dios tiene por ellos y que la misericordia que brinda a cada uno de sus hijos, aún en los más grandes errores.

Sólo de esta forma venceremos a una sociedad pérdida que confíe en sus propias reglas, y tendremos por el contrario, una sociedad guiada por El Señor, al bien y a la verdad, a la comunión fraternal y a la felicidad.

Asi sea.

Oración:

Señor, ayúdame a perservar en Tu Palabra, para aprender a guardar juicio y a ser justo en todo lo que haga y en todo los caminos que recorra. Que sea humilde ejemplo del amor y la gracia que haces realidad en cada uno de Tus hijos. En El Nombre de Jesús, Amén.