Biblia Devocional en 1 Año: Romanos 4

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Romanos 4

Romanos 4 nos enseña que la justificación delante de Dios no es por obras, sino por la fe en sus promesas. Abraham es un modelo de fe inquebrantable, confiando en la fidelidad de Dios más allá de las circunstancias. Este capítulo nos anima a confiar en la obra de Cristo, quien nos justifica gratuitamente por la fe, asegurándonos la esperanza de la vida eterna.

La Justificación de Abraham por la Fe (Romanos 4:1-8)

Pablo utiliza el ejemplo de Abraham para demostrar que la justificación no se obtiene por obras, sino por la fe. Abraham no fue justificado por sus acciones, sino porque creyó a Dios, y su fe le fue contada por justicia. Pablo cita el Salmo 32 para reforzar que la bendición de Dios consiste en el perdón de los pecados, no en el esfuerzo humano.

La Justificación de Abraham Antes de la Circuncisión (Romanos 4:9-12)

Pablo señala que Abraham fue declarado justo antes de ser circuncidado, lo que demuestra que la justificación no depende de ritos religiosos. De este modo, Abraham se convierte en el padre de todos los creyentes, tanto judíos como gentiles. La circuncisión es solo una señal externa de la justicia que recibió por la fe.

La Promesa de Dios se Recibe por Fe (Romanos 4:13-17)

La promesa hecha a Abraham de ser heredero del mundo no dependía de la ley, sino de la fe. Si la promesa fuera por la ley, la fe no tendría valor. Pablo enfatiza que la promesa es por gracia, asegurando que depende del poder de Dios, quien da vida a lo que está muerto y llama las cosas que no son como si fuesen.

La Fe Inquebrantable de Abraham (Romanos 4:18-22)

A pesar de su edad avanzada y la esterilidad de Sara, Abraham no dudó de la promesa de Dios. En lugar de debilitarse en su fe, se fortaleció, dando gloria a Dios, plenamente convencido de que Dios tenía poder para cumplir lo que había prometido. Su fe le fue contada por justicia.

Nuestra Justificación por la Fe en Cristo (Romanos 4:23-25)

Pablo concluye que la justicia imputada a Abraham no es solo para él, sino también para nosotros. Si creemos en Jesús, quien murió por nuestros pecados y resucitó para nuestra justificación, seremos justificados por la fe, de la misma manera que Abraham.

Versículo clave:

«Por tanto, es por fe, para que sea por gracia; a fin de que la promesa sea firme para toda su descendencia; no solamente para la que es de la ley, sino también para la que es de la fe de Abraham, el cual es padre de todos nosotros.» Romanos 4:16

En este versículo, Pablo enfatiza que la justificación ante Dios no se obtiene por las obras de la ley, sino por la fe, para que sea por gracia. La Justificación es un regalo de Dios, disponible para todos, tanto judíos como gentiles, y se basa en la fe en Sus promesas, como lo demostró Abraham. Su ejemplo nos muestra que la verdadera justicia proviene de confiar plenamente en Dios, y no en nuestros propios méritos.

Este pasaje nos enseña que la fe es el camino hacia la relación con Dios y que Su gracia es accesible para todos los que creen, sin importar su trasfondo. Nos anima a vivir confiando en las promesas de Dios con la misma certeza que Abraham tuvo, creyendo en lo que aún no se veía.

Oración:

Señor, gracias porque mi relación contigo no depende de mis obras, sino de tu gracia y de la fe que has puesto en mi corazón. Ayúdame a vivir confiando plenamente en tus promesas, como lo hizo Abraham, y a compartir con otros la esperanza de la salvación por gracia. Que mi vida refleje una fe firme en Ti. En el nombre de Jesús, Amén.