Biblia Devocional en 1 Año: Números 22

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Números 22 – Balac, Balaam y el Dios que gobierna incluso a los adversarios

Números 22 introduce una nueva escena: mientras Israel avanza hacia la tierra prometida, las naciones comienzan a temerle. Balac, rey de Moab, busca detener al pueblo no con ejércitos, sino con maldiciones. Pero este capítulo revela algo poderoso: ni la magia, ni los enemigos, ni los planes ocultos pueden frustrar lo que Dios bendice. Incluso un profeta ambiguo como Balaam queda bajo el control absoluto del Señor.

Contenido

1. El temor de las naciones ante Israel

Las victorias sobre Sehón y Og llenan de pánico al rey de Moab. El enemigo reconoce el poder de Dios muchas veces antes que el propio pueblo.

2. Balac busca manipular lo espiritual para detener a Israel

En lugar de enfrentar al pueblo, Balac acude al terreno espiritual, buscando maldecir lo que Dios ha bendecido.

3. Balaam: un profeta dividido

Balaam oye a Dios, pero su corazón está tentado por la recompensa. Es un ejemplo de alguien que conoce la voz divina, pero lucha con la ambición.

4. El ángel de Jehová se interpone en el camino

Dios detiene a Balaam para corregirlo. La escena con el ángel y la asna revela que, aun cuando no vemos el peligro espiritual, Dios sí lo ve.

5. Dios reafirma su soberanía: solo se puede decir lo que Él permite

Balaam no podrá maldecir. Solo hablará las palabras que Dios ponga en su boca. Cuando Dios decide bendecir, nadie puede revertirlo.

1. El temor de Balac por la presencia de Israel (Números 22:1-4)

  • Israel acampa en los llanos de Moab, frente al Jordán (v.1).
    ● Balac ve cómo Israel derrotó a los amorreos y teme que devoren todo a su paso (v.2-3).
    ● Moab y Madián se unen en preocupación (v.4).
    ● El enemigo reconoce que Israel es poderoso no por su número, sino por su Dios.

2. Balac envía mensajeros a Balaam para maldecir a Israel (Números 22:5-14)

  • Balac envía mensajeros a Balaam, famoso por su reputación espiritual (v.5-6).
    ● Le ofrece honor y recompensa si maldice al pueblo (v.7).
    ● Dios habla a Balaam y le dice que no vaya, porque Israel es bendito (v.12).
    ● Balaam transmite la negativa, pero su corazón queda expuesto por la vacilación (v.13-14).

3. Balac insiste y envía príncipes más honorables (Números 22:15-21)

  • Balac insiste enviando príncipes más numerosos y distinguidos (v.15).
    ● Le prometen grandes honores y riquezas (v.17).
    ● Balaam responde correctamente: no puede desobedecer a Dios, aunque le dieran una casa llena de oro (v.18).
    ● Pero pide quedarse para ver “qué más dirá Dios”, mostrando un corazón dividido (v.19).
    ● Dios le permite ir, pero solo bajo la condición de hablar lo que Él diga (v.20-21).

4. El ángel de Jehová se interpone en el camino (Números 22:22-35)

  • Dios se enciende en ira porque Balaam va movido por su ambición (v.22).
    ● El ángel de Jehová se interpone, pero Balaam no lo ve; la asna sí (v.23).
    ● La asna se aparta tres veces, evitando que Balaam muera, pero él la golpea (v.23-27).
    ● Jehová abre la boca de la asna, quien habla con Balaam (v.28-30).
    ● Luego Dios abre los ojos de Balaam y ve al ángel (v.31).
    ● El ángel advierte que Balaam solo puede hablar lo que Dios diga (v.35).
    ● Dios usa incluso lo inesperado —una asna— para corregir a un profeta.

5. Balac recibe a Balaam con esperanza de maldición (Números 22:36-41)

  • Balac sale al encuentro de Balaam, ansioso por su intervención (v.36).
    ● Reclama por su tardanza, pero Balaam deja claro que solo hablará lo que Dios ponga en su boca (v.38).
    ● Balac sacrifica bueyes y ovejas como preparación ritual (v.40).
    ● Llevan a Balaam a las alturas donde puede ver parte del campamento de Israel (v.41).
    ● La escena se prepara para lo que vendrá: no maldición, sino bendición.

Versículo clave de Números 22:

Entonces dijo Dios a Balaam: No vayas con ellos, ni maldigas al pueblo, porque bendito es. Números 22:12

En Números 22 entramos en una historia sorprendente: Balac, rey de Moab, teme al avance de Israel y decide contratar a Balaam, un adivino reconocido, para maldecir al pueblo de Dios. Lo impresionante es que Balaam conoce la voz de Dios, y aun así su corazón está dividido. Dios le dice claramente que no debe ir ni maldecir, porque Israel es bendito. Sin embargo, la insistencia de los mensajeros, el prestigio y las recompensas prometidas despiertan en él una lucha interna.

Este capítulo nos muestra el peligro de tener un corazón seducido por lo que el mundo ofrece, incluso cuando sabemos cuál es la voluntad de Dios. Balaam quiere obedecer, pero también quiere agradar a los hombres. Quiere hacer lo correcto, pero tampoco quiere perder oportunidades. Su obediencia se vuelve condicional, débil, vulnerable.

La escena con el ángel y el asna es profunda: el vidente no ve, pero el animal sí. El hombre espiritual está ciego, mientras la criatura humilde percibe la realidad espiritual. Dios utiliza la voz inesperada de un animal para frenar el camino de Balaam y recordarle que Él no juega con la santidad ni con su propósito.

Este pasaje nos invita a examinar nuestras motivaciones. ¿Cuántas veces sabemos lo que Dios quiere, pero permitimos que la presión, el temor al rechazo o el deseo de agradar a otros nublen nuestra obediencia? Dios, en su misericordia, muchas veces nos detiene antes de caer, usando circunstancias, personas, e incluso interrupciones incómodas, para realinear nuestro corazón.

Oración:

Señor, guarda mi corazón de la ambición, el orgullo o el deseo de agradar a los hombres. Dame un espíritu sensible para reconocer tu voluntad y firmeza para obedecerte sin condiciones. Que nada me seduzca más que tu palabra y tu presencia. Líbrame de caminos equivocados y abre mis ojos para ver lo que tú ves. En el nombre de Jesús, Amén.