Biblia Devocional en 1 Año: Job 9

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(Lee al final el estudio un devocional de  Job 9. Esperamos sea de bendición para ti)

Resumen

El significado de Job 9 dice que Job confiesa la justicia de Dios y pide alivio para su miseria. Job comenzó su respuesta a Bildad reconociendo que mucho de lo que decían sus amigos era cierto (Job 9:2).

Resúmen de versículos

Job 9

Job 9 continúa su lamentación y grita desesperado mientras lucha por dar sentido a su sufrimiento. Comienza reconociendo la soberanía y el poder de Dios, admitiendo que no puede luchar con Él en una disputa legal. Sin embargo, cuestiona la justicia de su aflicción, argumentando que los inocentes y los malvados sufren por igual en este mundo, independientemente de sus acciones o intenciones.

Job expresa su deseo de un mediador o árbitro que pueda reconciliarle con Dios y defender su caso ante Él. Es consciente de que no puede justificarse ante Dios, pero también sabe que no ha cometido ninguna ofensa que justifique semejante sufrimiento. Pinta un cuadro vívido del poder de Dios y se pregunta cómo él, un simple mortal, puede estar ante Él. La situación de Job es un recordatorio de que incluso los creyentes más devotos y justos pueden experimentar grandes dificultades y dolor, pero también nos muestra que podemos clamar a Dios en nuestras luchas y confiar en su misericordia y justicia.

En última instancia, Job 9 nos desafía a abordar algunas de las cuestiones más fundamentales de la existencia humana: ¿por qué sufrimos y cómo podemos encontrar sentido ante el sufrimiento? La historia de Job nos recuerda que el sufrimiento es una experiencia humana universal, pero también nos señala la esperanza que tenemos en Dios, que es la fuente última de toda sabiduría, bondad y justicia. En el capítulo 9, vemos la lucha de Job por conciliar su sufrimiento con su fe, pero también su inquebrantable confianza en la soberanía de Dios y su esperanza de redención.

Comentario sobre Job 9

9.1, 2 Job parece estar de acuerdo en que Bildad tiene razón en algunos argumentos (como en el caso de la ley de retribución, que Job acepta). Luego reformula un punto que Elifaz había planteado en Job 4-17 respecto a la posibilidad de que un hombre se justifique ante Dios.

9:3-7 El verbo contender indica que Job estaba pensando en emprender acciones legales contra Dios. Los profetas utilizaban a menudo este término para representar a Dios emprendiendo acciones contra Israel (Is. 1:2; Miq. 6:1). Contender en hebreo se utiliza casi siempre metafóricamente en Job refiriéndose a un proceso litigioso entre las dos partes: Dios y Job. El dilema legal de Job ante el Señor, que (para Job) servía simultáneamente como su juez y adversario (Job 13.20-28), subraya la urgencia y desesperanza de la súplica de Job para que un árbitro escuche su caso (v. 33). Job imagina que las posibilidades de que sea capaz de responder al interrogatorio de Dios son muy pequeñas, una entre mil -algo que Dios confirmaría más tarde Job 38.1-42.6). El verbo responder significa rebatir una acusación en un tribunal, especialmente en el interrogatorio del testigo por el fiscal.

9:8 Cuando Job utiliza la expresión extiende los cielos, atribuye este fenómeno sólo a Dios. El hecho de que el Señor camine por los lugares elevados del mar demuestra su inigualable control sobre las supuestas fuerzas del mal (Job 38:8-12). La palabra lugares elevados subraya que el Señor camina sobre el seudodios del mar, Yam, poniéndolo bajo sus pies (v. 13). El versículo en cuestión subraya que el mar es simplemente una fuerza natural bajo el control del Dios omnipotente.

9.9, 10 La Osa, y el Orión, y la estrella Siete muestran que la creación de Dios de las maravillas de los cielos es espléndida y es celebrada por Amós (Am. 5.8). De hecho, estas palabras vuelven a la mente de Job (Job 38.31-33). La obra de Dios es tan increíble y variada [grandes cosas… maravillas] que la mente humana simplemente no puede comprenderla.

9.11, 12 Puede que la presencia de Dios no sea perceptible a los ojos humanos [no lo veo] (v. 11), pero sus obras son irresistibles al sentimiento humano (v. 12).

9.13-16 La palabra altiva [hb. rahab; Job 26.12] puede estar representada por un nombre propio, Rahab, [un dragón de las aguas. Rahab representa a un ser mitológico insolente y orgulloso, responsable de agitar las aguas y producir grandes olas, y también del rugido del mar], y un equivalente de Leviatán, el monstruo marino (compare Salmos 87.3).

9.17-20 Estos versículos abundan en posibles alusiones irónicas. La afirmación de Job de que Dios lo aplasta con una tormenta prefigura la aparición de un torbellino del Señor en Job 38.1, pero con un resultado diferente. Job culpa a Dios de aplastarle y herirle sin motivo (Job 2.3), cuando en realidad había sido Satanás quien había intentado destruirle. La palabra hebrea traducida como romper en el versículo 17 aparece en Génesis 3.15 como herir, y describe el conflicto entre Satanás y la humanidad.

9.21 La expresión no aprecio mi alma equivale a no cuido de mí mismo, como se aclara en el resto del versículo.

9.22-24 Job contradice las afirmaciones de Bildad presentadas en Job 8.3,20,21, acusando a Dios de destruir injustamente a los sinceros y a los malvados. Así, en el versículo 24 incrimina a Dios de ser un Juez injusto que cubre la faz de los jueces de la tierra.

9.25-28 Job desea ser hallado irreprochable ante Dios: no una persona totalmente libre de pecado, sino alguien que practica la rectitud al no ser merecedor de sufrimiento.

9.29-31 Aunque Job se limpiara hasta quedar satisfecho, Dios podría arrojarlo a la fosa (v. 31). (Esta palabra podría traducirse literalmente corrupción: tal suciedad que sus ropas se negarían a cubrirlo).

9.32-35 Job se queja de que Dios no es hombre para que lo lleve a juicio (Job 9.3). Y Job ni siquiera tiene un árbitro imparcial entre Dios y él – un mediador que pueda presentar su caso ante Dios. El deseo de un árbitro entre Dios y la humanidad es un tema central en el libro (Job 16.19; 19.25), y anticipa el énfasis del Nuevo Testamento en Jesús como el verdadero Mediador entre Dios y el hombre (1 Tim. 2.5).

Devocional:

No hay entre nosotros árbitro que ponga su mano sobre ambos. (Job 9:33)

El problema de Job es que no tiene manera de examinar a Dios, y eso es lo que afirma con términos de lo más elocuentes. Dice que la sabiduría de Dios está muy por encima de la sabiduría del hombre: “¿Cómo es posible enfrentarse con un Dios como éste para debatir con Él los temas que están causando el sufrimiento en la vida? ¿Qué puedo yo hacer? ¿Cómo puedo resolver todo este problema?”, pregunta Job.

De la profunda oscuridad que rodea a este santo sufriente, se cuela un rayo de luz. Es el primer destello de luz en la tristeza de Job. “Lo que se necesita es un mediador, un árbitro que pueda colocarse entre nosotros, que nos entienda a los dos y pueda unirnos”, dice Job. Por primera vez en este libro empezamos a ver lo que Dios está produciendo en este hombre, el motivo por el que le está haciendo pasar por esta prueba prolongada. Porque ahora Job empieza a sentir en sus huesos la naturaleza de la realidad, el terrible abismo que existe entre el hombre y Dios, haciendo que sea preciso una tercera persona que tienda un puente.

Nosotros los que vivimos bajo la luz absoluta del Nuevo Testamento sabemos que él está clamando y sintiendo en su interior la necesidad de un mediador semejante a Jesús mismo. Job está poniendo el fundamento aquí en su propio entendimiento sobre la tremenda revelación que aparece en el Nuevo Testamento cuando Dios se convierte en hombre. Dios ocupa nuestro lugar y reúne a los dos, al hombre y a Dios. Por primera vez en Job, comenzamos a sentir lo que Dios está intentando realizar.

El Salmo 119:71 dice: “Bueno me es haber sido humillado, para que aprenda tus estatutos”. Usted puede aprender teología de un libro y puede estudiarla hasta tenerla clara en su mente, pero hasta que no pasa por los sufrimientos, las dificultades y las pruebas de la vida, usted no entiende nunca en realidad lo que es la verdad. Es preciso pasar por el sufrimiento para tener una visión clara de lo que nos está diciendo Dios, y de eso se trata todo el libro de Job.

Oración:

Señor, ayúdame a entender los propósitos detrás de cada prueba que colocas en mi vida, de forma que sea yo humilde ante Tu voluntad y Te obedezca de todo corazón, sabiendo que lo más importante en la victoria es darte a Ti toda la gloria. En El Nombre de Jesús, Amén.