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Éxodo 14 – El cruce del mar Rojo y la derrota de los egipcios
Éxodo 14 es uno de los mayores actos de salvación en toda la Escritura:
- Dios demuestra que Él es el verdadero libertador, que pelea por Su pueblo cuando este no tiene fuerzas.
- El mar Rojo abierto es símbolo del poder de Dios para abrir caminos donde no existen, y de Su dominio sobre la creación.
- La fe de Israel se fortalece al ver la victoria de Jehová, pero también se recuerda que el pueblo dudó en medio del peligro: la salvación no depende de la fe perfecta del hombre, sino del poder perfecto de Dios.
Este capítulo nos enseña que Dios abre sendas imposibles, pelea por nosotros y nos da victoria sobre nuestros enemigos, para que Su nombre sea glorificado.
1. Faraón persigue a Israel (Éxodo 14:1-12)
- Jehová ordena a Moisés que Israel acampe junto al mar, para que faraón piense que están atrapados (v.1-3).
- Dios endurece el corazón de faraón, quien reúne su ejército y 600 carros escogidos para perseguirlos (v.4-9).
- Al ver a los egipcios acercarse, los israelitas temen y claman a Jehová, pero también recriminan a Moisés:
“¿No había sepulcros en Egipto, que nos has sacado para que muramos en el desierto?” (v.10-12).
2. La respuesta de Moisés y la promesa de Dios (Éxodo 14:13-18)
- Moisés anima al pueblo:
“No temáis; estad firmes, y ved la salvación que Jehová hará hoy… Jehová peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos” (v.13-14).
- Jehová ordena a Moisés levantar su vara y extenderla sobre el mar para dividirlo (v.15-16).
- Dios promete glorificarse en faraón y su ejército, para que Egipto reconozca que Él es Jehová (v.17-18).
3. El mar se abre (Éxodo 14:19-25)
- El ángel de Dios y la columna de nube se colocan entre el campamento de Israel y el de Egipto, dando oscuridad a los egipcios y luz a Israel (v.19-20).
- Moisés extiende su mano, y Jehová envía un fuerte viento oriental que abre el mar, dejando un camino seco con muros de agua a ambos lados (v.21-22).
- Los egipcios entran tras ellos, pero Jehová confunde a su ejército, atasca las ruedas de sus carros y los llena de terror:
“Huyamos de delante de Israel, porque Jehová pelea por ellos contra los egipcios” (v.23-25).
4. La destrucción del ejército egipcio (Éxodo 14:26-31)
- Jehová ordena a Moisés extender su mano nuevamente sobre el mar, y las aguas vuelven a su curso, cubriendo a los egipcios (v.26-28).
- Ninguno de los perseguidores sobrevive.
- Israel cruza en seco y ve a los egipcios muertos en la orilla (v.29-30).
- El pueblo teme y cree en Jehová y en Moisés, su siervo (v.31).
Versículo Clave de Éxodo 14:
Jehová peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos. Éxodo 14:14
El pueblo de Israel se encontraba en un momento crítico: delante de ellos estaba el Mar Rojo, y detrás venía el ejército de Faraón decidido a destruirlos. En medio del miedo y la desesperación, Dios, a través de Moisés, les da esta palabra: “Jehová peleará por vosotros.”
Este versículo nos enseña que cuando nos encontramos entre la espada y la pared, sin salida aparente, Dios mismo se convierte en nuestro guerrero. No necesitaban un plan humano ni armas sofisticadas; necesitaban confiar en el poder del Señor, que abriría camino donde no lo había.
La instrucción de estar tranquilos no es pasividad, sino confianza. Significa dejar de luchar en nuestras fuerzas y aprender a descansar en que Dios tiene el control de la batalla. El mismo que liberó a Israel de Egipto demostraría su poder una vez más, mostrando que ninguna situación es imposible para Él.
Así también en nuestra vida: cuando las circunstancias parecen cerrarnos el paso y el enemigo nos persigue, podemos recordar que Jehová pelea por nosotros. Nuestro papel es creer, esperar y avanzar en obediencia cuando Él abre el camino.
Oración:
Señor, gracias porque tú peleas mis batallas cuando me siento sin fuerzas. Ayúdame a confiar en ti cuando las circunstancias parecen imposibles, y a estar tranquilo sabiendo que tu poder es mayor que cualquier enemigo. Enséñame a dejar de luchar con mis propias fuerzas y a descansar en tu fidelidad. Abre el camino delante de mí y dame el valor para caminar en obediencia por donde tú me guíes. En el nombre de Jesús, Amén.