Biblia Devocional en 1 Año: Cantares 6

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(Lee al final el estudio un devocional de Cantares 6. Esperamos sea de bendición para ti)

Cantares 6: Reconocimiento y Reencuentro en el Amor

El sexto capítulo del Cantar de los Cantares es una continuación de la saga amorosa, enfatizando el reconocimiento y el reencuentro. En este capítulo, se resuelve la tensión del capítulo anterior, revelando la durabilidad y la profundidad del amor verdadero.

El Reconocimiento del Amor (Cantares 6:1-3)

Las hijas de Jerusalén, testigos de la angustia y la búsqueda de la amada, preguntan dónde ha ido su amado. La amada responde con seguridad y afecto, indicando que su amado ha ido a su jardín. Esta respuesta muestra su conocimiento profundo de su amado y su relación (Cantares 6:1-2). Ella reafirma su relación diciendo, «Yo soy de mi amado, y mi amado es mío» (Cantares 6:3), una declaración que refleja la mutua posesión y el compromiso inquebrantable entre ellos.

Elogio del Amado y la Amada (Cantares 6:4-10)

El amado emerge nuevamente, elogiando a su amada. La compara con ciudades hermosas y temibles, como Tirsá y Jerusalén, destacando su belleza y poder. Luego, describe su impacto abrumador sobre él, una mezcla de admiración y reverencia (Cantares 6:4-5). Esta sección culmina con una pregunta retórica sobre quién es esta que aparece como el alba, hermosa como la luna, resplandeciente como el sol, destacando la singularidad y la gracia de la amada (Cantares 6:10).

Conclusión

Alegóricamente, Cantares 6 puede verse como una representación del reencuentro y la reafirmación en la relación entre Dios y el creyente. La seguridad de la amada en el amor y la ubicación de su amado simbolizan la confianza del creyente en la presencia y la providencia de Dios, incluso cuando su presencia no se siente directamente, o aquel que espera en el Señor, siente que Su respuesta ha demorado o preconcibe un abandono de Su Padre Celestial, sólo llevado a ello por la desesperación y la angustia de una prueba o adversidad que puede por un momento nublar su fe.

Por otra parte el intercambio de elogios entre el amado y la amada refleja la relación recíproca entre Dios y el creyente. Así como la amada es elogiada por su belleza y fuerza, los creyentes son valorados y amados por Dios por su fe y su belleza interior. La descripción de la amada como majestuosa y resplandeciente puede interpretarse como la transformación que experimenta el creyente al estar en relación con la misericordia de Dios y en la determinación y persistencia de seguirle, cumplir sus estatutos y agradarle en cada paso que emprende, siempre buscando conscientemente gloriar al Señor.

Versículo clave de Cantares 6:

«Yo soy de mi amado, y mi amado es mío; Él apacienta entre los lirios.» Cantares 6:3

Este versículo destaca por su sencillez y profundidad, capturando la esencia de la relación recíproca y dedicada entre la amada (que simboliza al creyente) y su amado (que representa a Dios). La frase «Yo soy de mi amado, y mi amado es mío» evoca un sentido de pertenencia mutua y un compromiso inquebrantable, elementos clave en la relación entre el creyente y Dios, poderoso, omnipresente y omnipotente.

La segunda parte del versículo, «Él apacienta entre los lirios», ofrece una imagen tranquila y pastoral, sugiriendo la presencia cuidadora y pacífica de Dios en la vida del creyente. Los lirios, a menudo asociados con la belleza, la pureza y la renovación, pueden simbolizar aquí el ambiente espiritual en el que Dios guía y nutre al alma. Esta imagen puede representar un complemento a la imagen que del Señor presenta David en el Salmo 23 cuando remembrando su labor como Pastor y asociándola a Él, refleja la guía amorosa y la protección que Dios ofrece, al igual que un pastor cuida de sus ovejas.

La combinación de estas dos ideas —la pertenencia mutua y la guía pastoral— habla profundamente de la naturaleza de la relación espiritual. Implica que en la búsqueda de Dios, los creyentes no solo se dedican a Él, sino que también son cuidados y guiados por Él. Es un recordatorio de que en la fe, hay una interacción continua: una entrega del creyente a Dios y una respuesta amorosa y protectora de Dios al creyente.

En resumen, Cantares 6:3 nos enseña que la relación con la perfección del Señor, es de intimidad y cuidado mutuo. La pertenencia compartida entre Dios y el creyente es una fuente de consuelo y fortaleza, y la guía de Dios es como la de un pastor, siempre presente, suave y nutridora, llevando al creyente a través de un camino de belleza y crecimiento perseverante en la fe.

Oración:

Señor, en mi camino espiritual por el que busco seguirte y agradarte en todo aquello que hago, me encuentro al final, en la búsqueda y en el reconocimiento de tu amor infinito e incondicional. Enséñame a confiar en tu presencia constante, incluso cuando no pueda sentirte cerca, cuando me asalte la duda o cuando la dificultad de las pruebas nublen mi visión de Tu grandeza y poder. Ayúdame a recordar que soy hijo tuyo y que cómo el grandioso Padre que eres, no tardarás en responderme con amor y cuidado. Que mi vida refleje tu belleza y tu gracia, de forma que pueda yo agradarte en todo lo que emprenda. Te lo pido Señor, En el nombre de Jesús, Amén.