Acércate sin condiciones

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(Lee al final el estudio contextual resumido de este devocional. Esperamos sea de bendición)

«Cuando descendió Jesús del monte, le seguía mucha gente. Y he aquí vino un leproso y se postró ante él, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme. Jesús extendió la mano y le tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y al instante su lepra desapareció. Entonces Jesús le dijo: Mira, no lo digas a nadie; sino ve, muéstrate al sacerdote, y presenta la ofrenda que ordenó Moisés, para testimonio a ellos» (Mateo 8:1-4)

Si algo he aprendido de caminar cada día junto al Señor, es que ante Él no existen condiciones, cuando requerimos expresarle nuestras necesidades, dudas y angustias. De allí que no debemos tener ningún temor de acudir a Dios, porque Él siempre estará a una oración de distancia cuidando de nosotros y velando por nuestro bienestar. Como lo dicta la palabra:  «Anímate y esfuérzate, y manos a la obra; no temas, ni desmayes, porque Jehová Dios, mi Dios, estará contigo» (1 Crónicas 28:20)

En la escritura de hoy, observamos que esta fue la actitud valiente del leproso de la motaña, que viendo a Jesús ocupado por una gran multitud, no tuvo reserva alguna para abordarlo, incluso sabiendo que se arriesgaba por su condición a atravesar aquella masa de gente. Con valor se acercó y postró ante él guiado por su fe, y confianza en que podía ser sanado y alejado de esa terrible enfermedad. Con humildad le dijo: “Señor, si quieres, puedes limpiarme” y ¿Cuál fue la respuesta de Jesús? Con misericordia y compasión lo tocó y fue limpio de inmediato, aún cuando la lepra, por ley judía lo había vuelto intocable.

Así como el leproso, que tuvo el coraje, para acercarse a Jesús y confiar en el poder, que mediante El Señor tenía para liberarlo de aquella tormentosa condición, así debemos nosotros confiar en que Dios obrará para bien cuando nos acerquemos a Él con humildad y fe.

Acerquémonos sin miedo al Señor, porque en Él no habrán condiciones mas que nuestra confianza y fe en su poder: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.(Mateo 7:7-8)

Palabra diaria: Señor, cuando por alguna razón la duda me impida acercarme a Tí, fortalece mi voluntad para saber que en Ti no hay condiciones y que Tu misericordia y cuidado me acompañan en cualquier circunstancia. 

Estudio Bíblico Contextual del Devocional de Hoy:
Pasaje:
Mateo 8:1-4
Tema del Capítulo – Mateo 8:

Mateo 8 habla de las diversas formas en que Jesús cura a la gente. Habla de cómo viajaba por Galilea actuando como maestro en las sinagogas, predicador del evangelio y sanador de enfermedades. Mateo cuenta estas historias de curación.

El leproso y el siervo

La primera curación es la de un leproso. El leproso se acerca a Jesús y le profesa su admiración y su fe. Jesús lo toca y limpia su piel de su condición.

A continuación tiene lugar la historia del siervo del centurión. Este soldado pide la ayuda de Jesús para curar a su siervo, que está recluido en su casa. Jesús afirmativamente, se conduce a la casa del soldado con lo que este proclama su indignidad en cuanto a que Jesús pase tiempo bajo su techo. Jesús aprecia la humildad de este hombre y la fe en su poder y rápidamente cura al siervo del centurión desde lejos.

Pedro

Después de realizar multitud de milagros y de impartir enseñanzas a las masas, Jesús se retira a la casa del apóstol Pedro. Al llegar se encuentra con la madre de la esposa de Pedro, gravemente enferma de fiebre. Él la cura, lo que hace que se una a Pedro en muchas de sus expediciones apostólicas.

Comentario Bíblico:
Mateo 8:1-4

En estos versículos tenemos el relato de la limpieza de un leproso hecha por Cristo; el leproso se acercó a Él y lo adoró como a Uno investido de poder divino. Esta purificación no sólo nos guía a acudir a Cristo, que tiene poder sobre las enfermedades físicas, para la sanidad de ellas; también nos enseña la manera de apelar a Él. Cuando no podemos estar seguros de la voluntad de Dios, podemos estar seguros de su sabiduría y misericordia. Por grande que sea la culpa, en la sangre de Cristo hay aquello que la expía; ninguna corrupción es tan fuerte que no haya en su gracia lo que puede someterla. Para ser purificados debemos encomendarnos a su piedad; no podemos demandarlo como deuda; debemos pedirlo humildemente como un favor. Quienes por fe apelan a Cristo por misericordia y gracia, pueden estar seguros de que Él les está dando libremente la misericordia y la gracia que ellos así procuran. Benditas sean las aflicciones que nos llevan a conocer a Cristo, y nos hacen buscar su ayuda y su salvación. Quienes son limpios de su lepra espiritual, vayan a los ministros de Cristo y expongan su caso, para ser aconsejados, consolados y para que oren por ellos.

Referencias Cruzadas:

Salmos 33:9 – Porque él dijo, y fue hecho; El mandó, y existió.

Marcos 4:39 – Y levantándose, reprendió al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece. Y cesó el viento, y se hizo grande bonanza.

Mateo 11:4-5 – Respondiendo Jesús, les dijo: Id, y haced saber a Juan las cosas que oís y veis. Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados, y a los pobres es anunciado el evangelio;

Juan 11:43 – Y habiendo dicho esto, clamó a gran voz: ¡Lázaro, ven fuera!

Juan 5:21 – Porque como el Padre levanta a los muertos, y les da vida, así también el Hijo a los que quiere da vida.

Lucas 7:14 – Y acercándose, tocó el féretro; y los que lo llevaban se detuvieron. Y dijo: Joven, a ti te digo, levántate.

Juan 15:24 – Si yo no hubiese hecho entre ellos obras que ningún otro ha hecho, no tendrían pecado; pero ahora han visto y han aborrecido a mí y a mi Padre. 

Tema Principal:

Dios nos ama incondicionalmente.

Versículos Temáticos:

¿Qué Dios como tú,
que perdona la maldad,
y olvida el pecado del remanente de su heredad?
No retuvo para siempre su enojo,
porque se deleita en misericordia.
Miqueas 7:18

Porque Jehová vuestro Dios es clemente y misericordioso, y no apartará de vosotros su rostro, si vosotros os volviereis a él.
2 Crónicas 30:9b

Por tanto, Jehová esperará para tener piedad de vosotros,
y por tanto, será exaltado teniendo de vosotros misericordia;
porque Jehová es Dios justo;
bienaventurados todos los que confían en él.
Isaías 30:18

Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial.
Mateo 6:14

Acuérdate, oh Jehová, de tus piedades y de tus misericordias,
Que son perpetuas.
De los pecados de mi juventud, y de mis rebeliones, no te acuerdes;
Conforme a tu misericordia acuérdate de mí,
Por tu bondad, oh Jehová.
Salmo 25:6-7

Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional.
Romanos 12:1

¿Qué, pues? ¿Pecaremos, porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? En ninguna manera.
Romanos 6:15

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