Éxodo 18 – Visita de Jetro y organización del liderazgo
Éxodo 18 nos muestra que la sabiduría de Dios puede venir también a través de consejos prácticos:
- Moisés aprendió que el liderazgo no es cargar todo solo, sino compartir responsabilidades con hombres fieles.
- La organización no contradice la dependencia de Dios, sino que la complementa, permitiendo que la comunidad funcione en justicia y orden.
- La elección de líderes debía basarse no en habilidades humanas, sino en carácter, temor de Dios y rechazo a la corrupción.
Este capítulo nos recuerda que en la vida espiritual y comunitaria necesitamos tanto la guía de Dios como la sabiduría práctica para organizarnos, para que la obra avance sin que los siervos de Dios se desgasten.
1. La visita de Jetro (Éxodo 18:1-12)
- Jetro, sacerdote de Madián y suegro de Moisés, oye todo lo que Jehová hizo para liberar a Israel de Egipto (v.1).
- Viene al campamento con Séfora, esposa de Moisés, y sus dos hijos, Guersón y Eliezer (v.2-4).
- Moisés sale a recibirlo con respeto, lo besa, y juntos se saludan e ingresan en la tienda (v.7).
- Moisés le relata todo lo que Jehová hizo a faraón y cómo libró a Israel en el desierto (v.8).
- Jetro se alegra, alaba a Jehová y dice:
“Ahora conozco que Jehová es más grande que todos los dioses” (v.11).
- Ofrece holocaustos y sacrificios, y Aarón con los ancianos participan en un banquete delante de Dios (v.12).
2. El consejo de Jetro (Éxodo 18:13-27)
- Al día siguiente, Moisés se sienta a juzgar al pueblo, y el pueblo permanece delante de él desde la mañana hasta la tarde (v.13).
- Jetro observa y le dice:
“No está bien lo que haces… desfallecerás del todo, tú y también este pueblo” (v.17-18). - Le aconseja establecer un sistema de liderazgo:
- Moisés debe enseñarles los estatutos de Dios y mostrarles el camino (v.19-20).
- Debe escoger hombres capaces, temerosos de Dios, hombres de verdad y que aborrezcan la avaricia, para ponerlos sobre el pueblo como jefes de millares, centenas, cincuentenas y decenas (v.21).
- Ellos juzgarán los asuntos menores, y los casos graves los traerán a Moisés (v.22).
- Moisés debe enseñarles los estatutos de Dios y mostrarles el camino (v.19-20).
- Así, la carga será más ligera y el pueblo tendrá justicia pronta (v.23).
- Moisés escucha a su suegro, establece jueces y organiza al pueblo según el consejo dado (v.24-26).
- Después, Jetro regresa a su tierra (v.27).
Versículo Clave de Éxodo 18:
Oye ahora mi voz; yo te aconsejaré, y Dios estará contigo. Está tú por el pueblo delante de Dios, y somete tú los asuntos a Dios. Éxodo 18:19
En este capítulo, Jetro, el suegro de Moisés, visita el campamento de Israel y observa cómo Moisés cargaba solo con la responsabilidad de juzgar al pueblo. Viendo el peso enorme de esa tarea, Jetro le da un consejo sabio: delegar funciones, levantar hombres capaces y temerosos de Dios para atender asuntos menores, mientras Moisés se concentraba en representar al pueblo delante de Dios y en enseñarles sus leyes.
Este versículo nos recuerda una verdad práctica y espiritual: no estamos llamados a llevar las cargas solos. Dios nos ha dado comunidad, hermanos y líderes para compartir las responsabilidades. El consejo de Jetro no solo alivió a Moisés, sino que también fortaleció al pueblo, dándole un sistema más justo y ordenado.
Espiritualmente, nos enseña la importancia de orar e interceder —como Moisés debía hacerlo— y también de organizar nuestras responsabilidades de manera sabia. Aprender a delegar y confiar en otros es parte de la madurez y de la humildad.
Además, vemos que la sabiduría puede llegar a nuestra vida a través de otros, y que escuchar consejo es una señal de dependencia en Dios y no de debilidad.
Oración:
Señor, gracias porque no me llamas a llevar las cargas solo, sino a caminar en comunidad y en dependencia de ti. Enséñame a escuchar consejos sabios y a tener un corazón humilde para reconocer mis límites. Ayúdame a priorizar lo más importante: estar en tu presencia, interceder y obedecerte. Que mi vida se organice conforme a tu voluntad, y que todo lo que haga sea para tu gloria. En el nombre de Jesús, Amén.