31 de Marzo: Reconstruído y Restaurado

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(Lee al final el estudio contextual resumido de este devocional. Esperamos sea de bendición)

Palabra:

 Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. (Romanos 8:28)

La historia bíblica de José es una de mis favoritas. Como un hombre de bien, prometedor,  fue vendido como esclavo por sus hermanos (Génesis 37:12-36); en Egipto, falsamente acusado de acoso sexual y encarcelado (38). Ya en la prisión se pasa sus días interpretando sueños y es olvidado (40). Sin embargo, como resultado de esa tarea, es llamado a interpretar el sueño del Faraón y,  es nombrado gobernador (41). Años más tarde, se encuentra de nuevo con sus hermanos, los confronta, los perdona y les promete protección. Este resumen de la historia de José y los eventos de su vida, nos sirven de ejemplo para ilustrar el principio relatado en el versículo de hoy: «Dios hace que todas las cosas funcionen juntas para nuestro bien».

La Palabra de Dios nunca establece que en nuestro caminar con Él, todas las cosas que pasan o que pasarán son buenas. José es muestra de ello, pero si nos revela que a pesar de que la vida incluye dolor, frustración y decepción, contamos en ella, con el grandioso Pastor que ha prometido guiar y cuidar a Su rebaño.

Dios está con nosotros todo el tiempo. José no reconoció la presencia de Dios hasta que se convirtió en gobernador de Egipto. Por el contrario, vio el movimiento del Señor a lo largo de su historia.  Y es que incluso cuando no podemos ver a Dios actuar, Él está con nosotros.

La vida de José muestra que toda la obra de Dios al final nos revela siempre un significado. Las cosas, para nosotros, pueden parecer incompletas, imprecisas e incluso inadecuadas. Pero trabajan juntas para crear el completo y perfecto plan de Dios para nuestra vida.

Oración:

Señor, gracias por los planes perfectos que sé que tienes para mi. A veces el dolor me nubla los ojos, y la incertidumbre puede afectar mi fe, sin embargo, permíteme en esas circunstancias recordar que contigo de nuestro lado, es imposible perder. Amén

Estudio Bíblico Contextual del Devocional de Hoy:
Capítulo: Romanos 8

En Romanos 8, Pablo está a punto de concluir su argumento sobre la ley y el pecado y las gloriosas ventajas de estar en unión con Cristo.

Nos muestra que en Jesús no hay condenación. La Ley no tiene esa capacidad porque está debilitada por el pecado.

Renacidos en Jesús y guiados por el Espíritu Santo, nuestro pensamiento ha sido renovado. Nuestras mentes están puestas en las cosas del Espíritu, que nos conduce a la vida y a la paz.

Como hijos de Dios tenemos la confianza de que no hay condenación para los que creen y que nada puede separarnos de este amor, por muy arduos que sean los sufrimientos presentes la gloria futura es mucho mayor.

¡En Jesús somos más que vencedores!

Esbozo de Romanos 8:

8.1 – 4: Ninguna condena en Jesucristo

8.5 – 9: La mentalidad de la carne y la mentalidad del Espíritu

8:10-17: Hijos de Dios

8:18 – 23: El sufrimiento presente y la gloria futura

8:24 – 28: La esperanza y la acción del Espíritu Santo

8:29 – 32: Predestinado a semejanza del Hijo

8:33-36: ¿Quién nos separará de Jesucristo?

8:37 – 39: Más que vencedores

Comentario Bíblico:
Romanos 8:28

Aunque las dolencias de los cristianos son muchas y grandes, de modo que serían vencidos si fueran dejados a sí mismos, el Espíritu Santo los sostiene. El Espíritu, como Espíritu iluminador, nos enseña por qué cosa orar; como Espíritu santificador obra y estimula las gracias para orar; como Espíritu consolador, acalla nuestros temores y nos ayuda a superar todas las desilusiones. El Espíritu Santo es la fuente de todos los deseos que tengamos de Dios, los cuales son, a menudo, más de lo que pueden expresar las palabras. El Espíritu que escudriña los corazones puede captar la mente y la voluntad del espíritu, la mente renovada, y abogar por su causa. El Espíritu intercede ante Dios y el enemigo no vence.