(Lee al final el estudio contextual resumido de este devocional. Esperamos sea de bendición)
Palabra:
Y he aquí vino un leproso y se postró ante él, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme. Jesús extendió la mano y le tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y al instante su lepra desapareció. (Mateo 8:2-3)
El versículo de hoy nos da un gran ejemplo del poder y la compasión de Jesús. Es capaz de curar cualquier enfermedad, incluso una como la lepra que se consideraba incurable y que convertía a las personas en marginados de la sociedad. También está dispuesto a tocar a los intocables, a mostrarles su amor y su gracia. No rechaza a nadie que acuda a Él con fe y humildad.
¿Qué podemos aprender de este encuentro? En primer lugar, podemos aprender a confiar en el poder y la voluntad de Jesús de curarnos, no sólo físicamente sino más importante aún, espiritualmente. Puede que no tengamos lepra, pero todos tenemos algún tipo de enfermedad o debilidad para la que necesitamos su ayuda. Puede ser física, emocional, mental o espiritual. Sea lo que sea, no hay nada que detenga las obras de sus manos y por ello, podemos acudir a Él y decirle: «Señor, si quieres, puedes limpiarme». Y Él nos responderá, dentro de Sus tiempos y conforme a Su voluntad para nuestra vida, con su revelación y su presencia de amor.
En segundo lugar, podemos aprender a seguir el ejemplo de compasión y misericordia de Jesús. Puede que hoy no nos encontremos con leprosos, pero sí con personas marginadas, rechazadas o que sufren de alguna manera. ¿Cómo las tratamos? ¿Las ignoramos, las juzgamos o las evitamos? ¿O les tendemos la mano, les escuchamos y les mostramos amabilidad?
Jesús nos llama a amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos, especialmente a los necesitados; seamos pues, pruebas vivas del amor y la compasión de Cristo en aquellos que más lo necesitan.
Dios Te Bendiga.
Oración:
Señor, lléname de Tu misericordia, de Tu compasión y de Tu amor, para acercarme al marginado, al necesitado, al exiliado y brindarle el amor de prójimo que me has llamado a entregarle a cada uno de mis hermanos. En El Nombre de Jesús, Amén.
Resumen de Mateo 8
Mateo 8 muestra el poder y la compasión de Jesús a través de varios milagros. Comienza con la sanidad de un leproso, quien con humildad y fe le pide ser limpiado. Jesús, conmovido, lo toca y lo sana instantáneamente. Luego, sana al siervo del centurión con solo una palabra y sana a la suegra de Pedro. También calma la tempestad en el mar y libera a dos endemoniados. Este capítulo enfatiza la autoridad de Jesús sobre la enfermedad, la naturaleza y los poderes espirituales, mostrando su divinidad y amor por los necesitados.
Referencias cruzadas de Mateo 8:2-3
- Marcos 1:40-42
«Vino a él un leproso, rogándole; e hincada la rodilla, le dijo: Si quieres, puedes limpiarme. Y Jesús, teniendo misericordia de él, extendió la mano y le tocó, y le dijo: Quiero, sé limpio.» - Lucas 17:12-14
«Y al entrar en una aldea, le salieron al encuentro diez hombres leprosos, los cuales se pararon de lejos […] Y cuando él los vio, les dijo: Id, mostraos a los sacerdotes. Y aconteció que mientras iban, fueron limpiados.» - Salmos 103:2-3
«Bendice, alma mía, a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios. Él es quien perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus dolencias.»