21 de Marzo: La verdadera fe, conquista

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(Lee al final el estudio contextual resumido de este devocional. Esperamos sea de bendición)

Palabra:

Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: !!Señor, sálvame! Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: !!Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste? Y cuando ellos subieron en la barca, se calmó el viento. Entonces los que estaban en la barca vinieron y le adoraron, diciendo: Verdaderamente eres Hijo de Dios. (Mateo 14:30-33)

¡La fe puede conquistar todos los obstáculos!

Algunas personas insisten en mantener a distancia a Cristo, esperando que los obstáculos desaparezcan para entonces acercarse a Él. Cuando los cielos económicos sean más brillantes; cuando las dudas se hayan aclarado; cuando el dolor de la tristeza se haya mitigado: entonces irán a Jesús,

Pedro, sabiendo que el Maestro estaba cerca, con fe sublime le pidió que le permitiera ir a Él a través de las aguas agitadas. El temor casi lo vence, pero aun así Jesús lo levantó de la mano.

Siempre hay tormentas de dificultad y dudas que nos asaltan. Las preguntas sin respuesta y el problema de errores espantosos siempre están batallando contra los propósitos benévolos de Cristo. No permita que las tormentas lo mantengan lejos de la presencia consoladora de Cristo. ¡Haga de las tormentas un puente y acérquese a Él!

Cuando Jesús se levanta, la tormenta cesa. La calma viene del poder de su presencia. Cuando un hombre fuerte y callado interviene de manera imponente en medio de una multitud de pendencieros ruidosos, su misma presencia los avergüenza y acalla su alboroto; así Jesús se introduce entre las fuerzas de la naturaleza y éstas se aquietan al instante.

Oración:

Señor, dame una fe tan fuerte, que no sienta temor ni miedo ni dudas ante los obstáculos, sino la plena confianza de que podrán ser superados, siempre en los tiempos perfectos de Tu voluntad, porque Tu presencia nos acompaña y nos guía en todo momento. Amén.

Estudio Bíblico Contextual del Devocional de Hoy:
Pasaje:
Mateo 14:30-33
Tema del Capítulo – Mateo 14:

Herodes Antipas fue el tetrarca de Palestina desde el año 4 a.C. hasta el 39 d.C., es decir, gobernó una cuarta parte de Palestina más Galilea y Perea, heredada de su padre Herodes el Grande (Mateo 2.1,22), cuando repartió el reino entre sus numerosos hijos (Mateo 14.1 – 12).

Tras el auge del ministerio de Jesús, Herodes llegó a temer que fuera la reencarnación de Juan el Bautista, a quien había decapitado para satisfacer los caprichos de Herodías, la esposa de su hermano y con quien había cometido adulterio.

A continuación, el escritor registra uno de los milagros más extraordinarios de la humanidad; fue presenciado por los apóstoles de Cristo (v.v 14.22 – 27)

Se embarcaron sin el Maestro, que se quedó en tierra rezando. A última hora de la noche, cuando el barco estaba siendo castigado por el agua y el viento, ven a alguien caminando sobre el agua.

Al principio pensaron que era un fantasma, pero se sorprendieron cuando se presentó como Jesucristo.

Pedro desafía al «fantasma». Para saber si era realmente Jesús. La propuesta fue audaz: «si eres tú, mándame ir a ti sobre el agua. «Ven», respondió. Entonces Pedro salió de la barca, caminó sobre el agua y se dirigió hacia Jesús (Mateo 14.28-33).

La voz de Jesús es de poder y autoridad. Su mandato no puede ser contradicho, en el sentido de que no hay nadie que se resista a él.

Pedro caminó sobre el agua y sólo se hundió cuando dejó de escuchar la voz de Jesús y empezó a prestar más atención a la fuerza del viento y del agua. De todos modos, el Señor Jesús se acercó, tomó su mano y lo salvó.

Dondequiera que vaya el Señor Jesús, la bendición y el poder de Dios le siguen. Todos ellos. No sólo algunos, especiales o elegidos. Pero todos los que tocaron al Señor Jesús fueron curados por su poder (v. 14, 34-36).

Ese mismo poder y autoridad está disponible para tu vida hoy .

Comentario Bíblico Mateo 14:30-33:

Cristo le dijo a Pedro que fuera a Él, no sólo para que pudiera andar sobre el agua, y así conocer el poder de su Señor, sino para que conociera su propia debilidad. A menudo el Señor permite que Sus siervos tengan lo que eligen, para humillarlos y probarlos, y para mostrar la grandeza de su poder y su gracia. Cuando dejamos de mirar a Cristo para mirar la grandeza de las dificultades que se nos oponen, empezamos a desfallecer, pero cuando le invocamos, Él extiende su brazo y nos salva. Cristo es el gran Salvador; quienes serán salvados deben ir a Él y clamar pidiendo salvación; nunca somos llevados a este punto, sino hasta que nos hallamos zozobrando: el sentido de la necesidad nos lleva a Él. Reprendió a Pedro. Si pudiéramos creer más, sufriríamos menos. La debilidad de la fe y el predominio de nuestras dudas, desagradan a nuestro Señor Jesús, porque no hay buena razón para que los discípulos de Cristo tengan dudas. Aun en un día tempestuoso, Él es para ellos una ayuda muy presente. Nadie sino el Creador del mundo podía multiplicar los panes, nadie sino su Gobernador podría andar sobre las aguas del mar: los discípulos se rindieron a la evidencia y confesaron su fe. Ellos fueron apropiadamente afectados y adoraron a Cristo. El que va a Dios debe creer; y el que cree en Dios, irá a Él, Hebreos xi, 6.

Referencias Cruzadas:

Jonás 2:2-7 – y dijo: Invoqué en mi angustia a Jehová, y él me oyó; Desde el seno del Seol clamé, Y mi voz oíste. Me echaste a lo profundo, en medio de los mares, Y me rodeó la corriente; Todas tus ondas y tus olas pasaron sobre mí. Entonces dije: Desechado soy de delante de tus ojos; Mas aún veré tu santo templo. Las aguas me rodearon hasta el alma, Rodeóme el abismo; El alga se enredó a mi cabeza. Descendí a los cimientos de los montes; La tierra echó sus cerrojos sobre mí para siempre; Mas tú sacaste mi vida de la sepultura, oh Jehová Dios mío. Cuando mi alma desfallecía en mí, me acordé de Jehová, Y mi oración llegó hasta ti en tu santo templo.

Mateo 8:24-25 – Y he aquí que se levantó en el mar una tempestad tan grande que las olas cubrían la barca; pero él dormía. Y vinieron sus discípulos y le despertaron, diciendo: ¡Señor, sálvanos, que perecemos!

Salmos 116:3-4 – Me rodearon ligaduras de muerte, Me encontraron las angustias del Seol; Angustia y dolor había yo hallado. Entonces invoqué el nombre de Jehová, diciendo: Oh Jehová, libra ahora mi alma.

Salmos 3:7 – Levántate, Jehová; sálvame, Dios mío; Porque tú heriste a todos mis enemigos en la mejilla; Los dientes de los perversos quebrantaste.

Salmos 107:27-30 – Tiemblan y titubean como ebrios, Y toda su ciencia es inútil. Entonces claman a Jehová en su angustia, Y los libra de sus aflicciones. Cambia la tempestad en sosiego, Y se apaciguan sus ondas. Luego se alegran, porque se apaciguaron; Y así los guía al puerto que deseaban.

Génesis 22:14 – Y llamó Abraham el nombre de aquel lugar, Jehová proveerá. Por tanto se dice hoy: En el monte de Jehová será provisto.

Mateo 16:8 – Y entendiéndolo Jesús, les dijo: ¿Por qué pensáis dentro de vosotros, hombres de poca fe, que no tenéis pan?

Marcos 1:31 – Entonces él se acercó, y la tomó de la mano y la levantó; e inmediatamente le dejó la fiebre, y ella les servía.

Lucas 22:31-32 – Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo; pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos.

Lucas 24:34 – que decían: Ha resucitado el Señor verdaderamente, y ha aparecido a Simón.

Mateo 17:20 – Jesús les dijo: Por vuestra poca fe; porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible.

Marcos 11:23 – Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho.