15 de Diciembre: Que puedes confiar siempre

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(Lee al final el estudio contextual del versículo de hoy) – * Ha sido agregado estudio de referencias cruzadas por palabras y términos de versículo al final del Devocional. Esperamos sea de bendición para ti.

Palabra:

Jehová, escucha mi oración, Y llegue a ti mi clamor. (Salmos 102:1)

¿Has tenido días en los que tus oraciones parecían estrellarse contra el techo y rebotar? ¿Acaso parece que Dios esté distante sin que seas consciente del motivo? Si no eres un creyente reciente, existen bastantes probabilidades de que hayas tenido esta experiencia.

El salmista lo percibió cuando le tocó vivir dolor y sufrimiento. Por la noche, el insomnio lo acosaba. Durante sus fatigosos días, los enemigos se burlaban de él. Su vida era agotadora y, en términos terrenales, le resultaba difícil ver un propósito en todo aquello. Sin embargo, una vez ha descrito el salmista su apuro, el poema toma una nueva dirección, y glorifica a Dios. De repente, la vida ya no era tan mala, porque confiaba en Aquel que lo salvaría.

Cuando la oración rebota contra el techo, ha llegado el momento de recordarnos a nosotros mismos la grandeza de Dios, y dejar de quejarnos por lo que pensamos que no ha hecho. Al enfrentarnos a pruebas que amenazan con destrozarnos, traigamos a nuestra memoria que él no se ha olvidado de nosotros y que nuestra máxima seguridad nunca corre peligro.

Cuando sentimos los peligros de la vida, confiemos en que Dios sigue oyendo nuestras oraciones. Nunca nos fallará. Lo único que pide es que nuestra dependencia de él permanezca firme. En el momento adecuado volveremos a sentir su amor.

Oración:

Aun cuando no sienta tu presencia, Señor, tú no me habrás abandonado. Haz que siga confiando en ti y siguiéndote, Padre, pues sólo Tus caminos me llevarán al verdadero bien que sólo Tu puedes brindarnos. Amén.

Estudio Bíblico Contextual del Devocional de Hoy:
Resumen de Capitulo Salmos 102:

Algunos piensan que David escribió este salmo 102 en la época de la rebelión de Absalón; otros piensan que Daniel, Nehemías o algún otro profeta escribió el salmo para uso de la iglesia cuando estaba cautiva en Babilonia, pues el salmo parece hablar de la ruina de Sión y de un tiempo fijado para su reconstrucción, que Daniel entendió a partir de los libros (Dan. 9.2). O tal vez el salmista estaba pasando él mismo por una gran aflicción, de la que se queja al principio del salmo, pero se consuela (según el Salmo 77 y otros) con el pensamiento de la eternidad de Dios y la prosperidad y perpetuidad de la iglesia, por mucho que ahora estuviera bajo agonía y amenaza. Pero está claro, por la aplicación de los versículos 25 y 26 a Cristo (Heb. 1:10-12), que el salmo se refiere a los días del Mesías, y habla o bien de su aflicción o bien de las aflicciones sufridas por su iglesia a causa de él. Tenemos en el salmo: I. La dolorosa queja que el salmista hace, ya sea para sí mismo o en nombre de la iglesia, en relación con las grandes aflicciones que le apremiaban (v. 1-11). II. El oportuno consuelo alcanzado contra estas injusticias: 1. Por la eternidad de Dios (v. 12,24,27). 2. Por la convicción de la liberación que Dios, a su debido tiempo, obraría para su afligida iglesia (v. 13-22) y de su permanencia en este mundo (v. 28). Al cantar este salmo, no tenemos motivos para quejarnos; sin embargo, tenemos la oportunidad de simpatizar con los que tienen motivos para quejarse, por lo que la parte de consuelo de este salmo nos traerá más consuelo cuando lo cantemos.

Referencias cruzadas por término – Salmos 102:1:
Jehová, escucha mi oración.

Con mi voz clamé a Jehová, Y él me respondió desde su monte santo. Selah. (Salmos 3:4)

Amo a Jehová, pues ha oído Mi voz y mis súplicas. (Salmos 116:1)

Invocaré a Jehová, quien es digno de ser alabado, Y seré salvo de mis enemigos. (2 Samuel 22:4)

Invocaré a Jehová, quien es digno de ser alabado, Y seré salvo de mis enemigos. (Salmos 18:3)

Y llegue a ti mi clamor.

Yo te he invocado, por cuanto tú me oirás, oh Dios; Inclina a mí tu oído, escucha mi palabra. (Salmos 17:6)

Tarde y mañana y a mediodía oraré y clamaré, Y él oirá mi voz. (Salmos 55:17)

Sabed, pues, que Jehová ha escogido al piadoso para sí; Jehová oirá cuando yo a él clamare. (Salmos 4:3)

Y cualquiera cosa que pidiéremos la recibiremos de él, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de él. (1 Juan 3:22)