07 de Octubre: La guía de nuestros pasos

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(Lee al final el estudio contextual resumido de este devocional. Esperamos sea de bendición)

Palabra:

Inclina mi corazón a tus testimonios, Y no a la avaricia. (Salmos 119:36)

Cuando el capitán de un barco ve la luz del faro en el horizonte, entiende cuál es el camino que debe de seguir. De inmediato sus manos hacen girar con fuerza el timón en la dirección apropiada. Pero todo esto no significa necesariamente que el barco vire en ese momento. No puede haber un cambio de dirección verdadero hasta que el motor cambia de verdad su acción. Cuando el motor cambia, entonces sí, toda la nave es propulsada en la dirección deseada. Cuando el motor cambia es cuando de verdad se establece un nuevo rumbo.

Del mismo modo sucede con nosotros. Si te acercas a la Palabra de Dios, tus ojos serán capaces de ver la verdad, tu mente comprenderá la verdad, y en consecuencia dirigirás tus manos y tus pies hacia lo que es verdadero. Pero el cambio definitivo tan solo podrá tener lugar cuando tu corazón, el motor de tu vida, gire hacia la verdad. El corazón es el centro de la vida interior. El alma, el espíritu, o la mente son tan solo provincias del corazón. El corazón es el centro de la voluntad, de los afectos y de la fe, de modo que todo aquello que incida sobre nuestro corazón transformará nuestra existencia, para bien o para mal.

Por eso Salomón declara: «Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida.» (Prov. 4:23). La Palabra de Dios ilumina tus ojos y hace que pongamos la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra (Col. 3:2). La Palabra de Dios ilumina tu mente, y te hace permanecer en la verdad porque es lámpara a tus pies, mostrándote el camino en que debes de andar (Sal. 119:105). La Palabra de Dios ilumina tus pies, y te conduce por la puerta estrecha y por el camino angosto que conduce a la vida eterna (Mat. 7:13-14). Pero del mismo modo necesitas que la Palabra ilumine tu corazón.

Canta con el salmista: «Inclina mi corazón a tus testimonios». Sí, que Dios incline tu corazón. Ora al Señor pidiéndole que Su Palabra preciosa no cambie tan solo tus pensamientos o tus acciones o tus pasos. Que Dios mueva tu corazón para que tu vida entera esté dirigida por la luz de Cristo. Tal es el impacto de la voluntad de Dios en nuestras vidas que el resultado final no es tan solo unos ojos que ven, una mente que entiende, unos pies que andan en el camino de la verdad, sino un corazón transformado que ama a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a uno mismo. Que tu cristianismo sea auténtico y no tan solo algo externo. Que tu corazón se vea inclinado a los estatutos del Señor, que en la Palabra encuentres tu delicia y al beber del agua viva y comer del maná del cielo, tu corazón sea transformado por la Palabra del Señor.

Oración:

Señor, que Tus preceptos penetren mi corazón de forma que pueda transformar mis pensamientos, mis acciones, cada uno de los pasos que emprenda en reflejo y testimonio de Tu presencia en mi vida. No me apartes de Tus sendas Padre, para que pueda yo caminar siempre en Tu verdad. Amén

Estudio Bíblico Contextual del Devocional de Hoy:
Resumen del capítulo Salmos 119:

Este salmo se refiere a la revelación divina con diez palabras diferentes y sinónimas, cada una de las cuales expresa el pleno dominio y alcance de la revelación contenida en la Escritura y extraídas en los siguientes términos: 1. Ley de Dios, pues son decretadas por él como nuestro Soberano. 2. Su camino, pues son las leyes de su providencia y nuestra obediencia. 3. Sus testimonios, pues las leyes están declaradas solemnemente al mundo y son incontestables y no se contradicen. 4. Sus mandamientos, porque han sido dados con autoridad, y (según el sentido de la palabra) entregados a nosotros en custodia, para cuidarla. 5 Sus preceptos, porque nos fueron prescritos y no deben ser dejados de lado. 6. su palabra, o dicho, porque es la expresión de su mente, y Cristo, la Palabra eterna esencial, es todo en todo en ella. 7. sus juicios, pues están estructurados en una sabiduría infinita, y por ellos hemos de juzgar y ser juzgados. 8. Su justicia, porque es toda santa, justa y buena, y la regla y norma de la justicia. 9. Sus estatutos, porque son fijos y determinados, y deben ser obedecidos para siempre. 10. Su verdad, o fidelidad, pues los principios sobre los que se construye la ley divina son verdades eternas.

Referencias cruzadas por término – Salmos 119:36:
Gustad, y ved que es bueno Jehová:

Lucas 18:19 – Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno, sino solo Dios.

Salmos 119:68 – Bueno eres tú, y bienhechor; Enséñame tus estatutos.

Salmos 143:10 – Enséñame a hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios; Tu buen espíritu me guíe a tierra de rectitud.

1 Timoteo 4:4 – Porque todo lo que Dios creó es bueno, y nada es de desecharse, si se toma con acción de gracias;

Salmos 145:9 – Bueno es Jehová para con todos, Y sus misericordias sobre todas sus obras.

Dichoso el hombre que confía en él:

Salmos 63:5 – Como de meollo y de grosura será saciada mi alma, Y con labios de júbilo te alabará mi boca,

Salmos 84:12 – Jehová de los ejércitos, Dichoso el hombre que en ti confía.

Cantares 5:1 – Yo vine a mi huerto, oh hermana, esposa mía; He recogido mi mirra y mis aromas; He comido mi panal y mi miel, Mi vino y mi leche he bebido. Comed, amigos; bebed en abundancia, oh amados.

Cantares 2:3 – Como el manzano entre los árboles silvestres, Así es mi amado entre los jóvenes; Bajo la sombra del deseado me senté, Y su fruto fue dulce a mi paladar.

Salmos 52:1 – ¿Por qué te jactas de maldad, oh poderoso? La misericordia de Dios es continua.

Salmos 25:7-8 – De los pecados de mi juventud, y de mis rebeliones, no te acuerdes; Conforme a tu misericordia acuérdate de mí, Por tu bondad, oh Jehová. Bueno y recto es Jehová; Por tanto, él enseñará a los pecadores el camino.