Versículo:
Entonces Sansón dijo a Jehová: Señor Jehová, acuérdate ahora de mí, y fortaléceme, te ruego, solamente esta vez. Jueces 16:28
Comentario:
Sansón es un claro ejemplo de alguien que se fue alejando gradualmente del Señor. Tuvo una crianza piadosa, con padres que le enseñaron a obedecer a Dios, pero con el tiempo permitió que las tentaciones del mundo se volvieran demasiado atractivas.
La Escritura muestra varios momentos en los que Sansón cedió al pecado. Deseó a una mujer pagana en Timnat y, a pesar de la advertencia de sus padres, desobedeció el mandato de Dios al unirse a ella (Jueces 14:1-3). En otra ocasión, dominado por la ira, mató a treinta hombres (Jueces 14:12-20). Sin embargo, el episodio más trágico fue su relación con Dalila, cuya traición llevó a Sansón a ser capturado, cegado y humillado.
Cuando el pecado no se enfrenta, termina dominando la vida y afectando a otros con sus consecuencias. El primer paso hacia la victoria sobre la tentación es reconocer nuestras debilidades. Luego, debemos admitir que no podemos vencerlas por nuestras propias fuerzas. Finalmente, necesitamos reconocer la suficiencia de Dios para rescatarnos.
Al final de su vida, Sansón reconoció su necesidad del Señor y clamó por fuerza (Jueces 16:28). Cuanto antes adoptemos esa misma actitud, mejor. Vivir en obediencia es el camino para triunfar sobre el pecado.
Oración:
Señor, ayúdame a reconocer mis debilidades y a no jugar con la tentación. Confieso que sin ti no puedo vencer el pecado. Hoy me rindo a tu poder y a tu gracia, confiando en que tú eres suficiente para rescatarme y sostenerme. Guíame por el camino de la obediencia y guárdame cerca de tu corazón. En El Nombre de Jesús, Amén.