Versículo diario comentado: Jonás 1:1-2

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Versículo:

Vino palabra de Jehová a Jonás hijo de Amitai, diciendo: Levántate y ve a Nínive, aquella gran ciudad, y pregona contra ella; porque ha subido su maldad delante de mí. Jonás 1:1-2 

Comentario:

La historia infantil de Jonás y el gran pez suele presentarlo de manera sencilla: el profeta desobedece, es tragado por un pez, se arrepiente y luego obedece. Fin de la historia. Pero la narrativa bíblica es mucho más profunda. Desde el momento en que Jonás decidió huir del plan de Dios hasta el final del libro, su corazón permaneció en conflicto con la voluntad divina.

Los habitantes de Nínive eran asirios, un pueblo conocido por su crueldad y violencia. Eran enemigos de Israel, y Jonás tenía motivos humanos para despreciarlos. Pero Dios amaba a los ninivitas y deseaba su arrepentimiento. La misión que le encomendó a Jonás no solo tenía el propósito de salvar a Nínive, sino también de transformar el corazón endurecido del profeta. Dios quería quebrar su espíritu orgulloso y su falta de compasión, una actitud tan arraigada que Jonás prefería morir antes que ver a sus enemigos recibir misericordia (Jonás 4:3).

El Señor buscaba moldear el carácter de Jonás para reflejar Su propio corazón. Sin embargo, Jonás se resistió en cada paso. El orgullo y el resentimiento lo alejaban cada vez más de la presencia de Dios, mientras que los ninivitas, por el contrario, se humillaron, ayunaron y se apartaron de su maldad. Ellos hallaron gracia; Jonás se quedó atrapado en su amargura.

Dios también trabaja en nosotros de esa manera. A veces, Su proceso de transformación puede ser incómodo o doloroso, pero siempre tiene un propósito: enseñarnos a amar como Él ama y a rendirnos completamente a Su voluntad.

Oración:

Señor, enséñame a obedecerte con un corazón dispuesto, sin orgullo ni resistencia. Rompe en mí todo resentimiento y enséñame a ver a los demás con Tus ojos de compasión. Aun cuando Tu proceso sea difícil, ayúdame a confiar en que todo lo haces para mi bien y para Tu gloria. En el Nombre de Jesús, Amén.