Versículo:
Y volví mi rostro a Dios el Señor, buscándole en oración y ruego. Daniel 9:3
Comentario:
Daniel y sus amigos vivían en una tierra extranjera, sometidos a un rey pagano. Aun así, Daniel aprendió a desenvolverse en ese sistema sin comprometer su fe. Rechazó alimentos prohibidos, mantuvo una vida constante de oración y obedeció a Dios aun cuando hacerlo implicaba castigo.
Dios honró su fidelidad, librándolo del foso de los leones y concediéndole favor. Aunque Daniel enfrentó pruebas difíciles, el Señor fue fiel en protegerlo y sostenerlo. En cada decisión crucial, Daniel eligió obedecer a Dios.
Los principios espirituales que gobernaron la vida de Daniel siguen vigentes hoy. Dios no promete librarnos de las dificultades, pero sí promete estar con nosotros en cada paso (Mateo 28:20). Cuando hay pecado en nuestra vida, el temor y la duda crecen. Pero la obediencia produce valentía y paz.
Daniel se mantuvo firme en sus convicciones, y Dios actuó una y otra vez. Él también obrará a tu favor cuando decidas caminar en obediencia.
Oración:
Señor, dame un corazón obediente como el de Daniel. Ayúdame a mantenerme firme en mis convicciones aun en medio de la presión. Límpiame de todo pecado y lléname de valentía, paz y confianza en ti. Que mi vida te honre en cada decisión y que pueda experimentar tu fidelidad día tras día. En El Nombre de Jesús, Amén.