Versículo diario comentado: 2 Pedro 3:14

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Versículo:

Por lo cual, oh amados, estando en espera de estas cosas, procurad con diligencia ser hallados por él sin mancha e irreprensibles, en paz. 2 Pedro 3:14

Comentario:

El discernimiento espiritual nos protege del engaño.

El pecado muchas veces se presenta disfrazado de algo atractivo, tentador o incluso inofensivo. Si nos dejamos llevar solo por lo que “parece bueno” o “se siente bien”, corremos el riesgo de ser engañados por el enemigo.

El discernimiento espiritual es una capacidad que Dios nos da para distinguir entre lo correcto y lo incorrecto. Cuando ignoramos esa inquietud en nuestro espíritu —esa “alarma” interna que el Espíritu Santo enciende en nosotros—, damos un paso hacia un camino peligroso. Por eso, necesitamos mantener una conexión clara y constante con el Espíritu Santo, para tener la certeza de que nuestras decisiones están alineadas con la voluntad de Dios.

A veces, las oportunidades pueden parecer buenas o incluso irresistibles. Pero si el Espíritu Santo nos indica que no avancemos, debemos obedecer, aunque no entendamos completamente el motivo. Tal vez nunca sepamos de qué peligro nos libró el Señor, pero siempre podremos confiar en que Su guía es perfecta.

El pecado suele venir envuelto en un paquete atractivo, pero los hijos de Dios pueden ver más allá del brillo superficial cuando deciden usar la sabiduría espiritual. Esta sabiduría proviene de un corazón limpio y de una mente renovada por el Espíritu, lo cual se cultiva a través de la oración, el arrepentimiento y el estudio constante de la Palabra (Colosenses 1:9-14).

El creyente prudente no confía en sus propias emociones ni en su lógica humana, sino que busca la dirección divina en cada paso. Así, puede evitar caer en el engaño y caminar con seguridad en la verdad.

Reflexión:

¿Estás dejando que el Espíritu Santo guíe tus decisiones o te estás fiando de tus propios deseos? Pide hoy al Señor que afine tu discernimiento para reconocer Su voz entre todas las demás.

Oración:

Señor, gracias por darme Tu Espíritu Santo como guía y protector. Enséñame a discernir Tu voz y a obedecer incluso cuando no entiendo el porqué. Líbrame del engaño del enemigo y ayúdame a caminar siempre en Tu verdad. En El Nombre de Jesús, Amén.