Versículo:
Amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que os ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña os aconteciese, sino gozaos por cuanto sois participantes de los padecimientos de Cristo, para que también en la revelación de su gloria os gocéis con gran alegría. 1 Pedro 4:12-13
Comentario:
El Salmo 46:10, que nos instruye a “quedarnos quietos” en los tiempos difíciles de nuestra vida. Pero ¿cómo puede un creyente realmente “estar quieto”?
Primero, debemos entender que Dios permite nuestras dificultades. Si creemos que Él está en control, también debemos creer que ha permitido que esos acontecimientos sucedan. Segundo, hay un propósito detrás de cada prueba, incluso cuando la vida parece confusa o sin esperanza. El Señor no deja que enfrentemos adversidades sin una razón valiosa. Tercero, dado que las pruebas tienen un propósito, pueden llegar a ser vistas como algo positivo con el tiempo. Esto no significa que todo saldrá de acuerdo con nuestros deseos o planes, sino que, si respondemos correctamente, podremos mirar atrás y reconocer que esas experiencias fueron un catalizador para nuestro crecimiento espiritual.
En Romanos 8:28, Pablo dice: “Sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.” Tal vez hayas escuchado este versículo muchas veces, pero para resistir las tormentas de la vida debes entender su verdad profundamente. El Señor no ha desaparecido, ni te ha olvidado. Él tiene un propósito en todo— incluso en las circunstancias más difíciles.
Oración:
Señor, gracias porque nada en mi vida escapa a Tu control. Aunque no entienda mis pruebas, confío en que Tú estás obrando para mi bien. Ayúdame a mantener la calma y a reconocer Tu propósito en medio de las tormentas. Fortalece mi fe y haz que cada dificultad me acerque más a Ti. En El Nombre de Jesús, Amén.