Versículo:
Pero por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano para conmigo, antes he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo. Porque o sea yo o sean ellos, así predicamos, y así habéis creído. 1 Corintios 15:10-11
Comentario:
El apóstol Pablo tenía una manera de pensar que los cristianos haríamos bien en imitar (1 Corintios 11:1). En él vemos una actitud de…
Humildad. El orgullo no puede esconderse en el corazón de un creyente que entiende la misericordia divina. Pablo creía que la gracia suficiente para salvar a un pecador como él era también adecuada para cualquiera.
Gratitud. El apóstol nunca perdió de vista cuán lejos lo había traído la gracia del Padre. Con frecuencia recordaba a los creyentes su pasado como perseguidor de la iglesia (1 Timoteo 1:13), y su agradecimiento por la salvación nunca disminuyó.
Dependencia. Para describir la fuente de su fuerza, Pablo dijo: “Por la gracia de Dios soy lo que soy” (1 Cor. 15:10). Él sabía lo que era confiar en la propia justicia o en las obras, y no quería volver a eso. Su deseo era tener más de Jesucristo y menos de sí mismo (Filipenses 3:8).
Convicción. Al final de su vida, Pablo estaba tan seguro de la dignidad de Dios para recibir toda honra, gloria y alabanza como el día en que tuvo su primer encuentro con Jesús (2 Timoteo 4:6-8).
¿Ves estas actitudes en ti? Alaba a Dios por todo lo que ha hecho y permite que Su gracia sea derramada sobre tu vida en medidas cada vez mayores.
Oración:
Padre celestial, gracias por Tu gracia que transforma y renueva. Ayúdame a vivir con la humildad, dependencia y convicción que caracterizaron la vida de Pablo. Que nunca olvide de dónde me rescataste ni deje de agradecerte. Derrama Tu favor sobre mí para que viva cada día reflejando Tu amor y Tu verdad. Te pertenezco, Señor. En El Nombre de Jesús, Amén.