Un día a la vez…
Hay conquistas que no se celebran con aplausos ni medallas,
sino con lágrimas en silencio y oraciones en la madrugada.
A veces, vencer no significa avanzar a pasos gigantes,
sino tener la fuerza de seguir… un día más.
Soportar el proceso, aunque duela.
Confiar en medio de lo incierto.
Reconocer que, incluso en el cansancio,
Dios sigue cuidándonos.
Porque hay días donde nuestra mayor victoria
es simplemente no rendirnos.
Y en ese terreno de batallas diarias,
Dios siempre está presente,
sosteniéndonos con Su amor inmenso.
Él da esfuerzo al cansado,
y multiplica las fuerzas
al que no tiene ningunas.
Isaías 40:29