Estás cerca.
Por eso se está poniendo difícil.
A veces, cuando estás a punto de llegar a lo que oraste, todo parece oscurecerse.
 La resistencia aumenta.
 El cansancio pesa.
 Las puertas tardan en abrirse.
Pero no es casualidad… es señal de que estás muy cerca.
 El enemigo no ataca lo que no amenaza.
 Y si la lucha se intensifica, es porque el propósito se aproxima.
No te detengas. No retrocedas.
 Respira hondo y sigue confiando.
 El proceso duele, pero el cumplimiento será glorioso.
 Dios no te trajo hasta aquí para dejarte a mitad de camino.
 El quebranto es temporal, pero la promesa es eterna.
No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo, siempre te ayudaré, siempre te sustentaré. Isaías 41:10
 
	 
											