Señor, si en algún momento el temor o la desesperanza se apoderara de nuestras vidas, por favor susurra a nuestros oídos palabras de aliento y renuevo, recuérdanos que Tú siempre estás de nuestro lado y que si Tú estás con nosotros nada ni nadie podrá derrumbarnos, pues Tú eres nuestro sostén y nuestro refugio seguro.
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