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Nunca Más confesaré enfermedad porque por su llaga fui curado (Isaias 53:5) y Jesús mismo tomó mis enfermedades y llevó mis dolencias (Mateo 8:7)

Haciendo estar atento tu oído a la sabiduría; Si inclinares tu corazón a la prudencia. (Proverbios 2:2)

Señor, Tú que eres Dios de los nuevos comienzos, ayúdame a abrir mi corazón para experimentar tu amor infinito y gracia.

Dios te bendiga en éste nuevo amanecer y te regale salud, bienestar, amor y todo lo que necesites en tu vida.

Señor, Te suplico que nos orientes en nuestras actividades y obligaciones diarias, en el hogar, en los estudios y en el trabajo. Danos la fuerza y la voluntad para dar a cada instante lo mejor de nosotros mismos y concédenos un corazón noble que sea capaz de compartir, apoyar a los más necesitados y aportar en la justa medida al sueño conjunto de construir un mundo mejor.

Envía tu luz y tu verdad; éstas me guiarán; Me conducirán a tu santo monte, Y a tus moradas. (Salmos 43:3)