Lo cotidiano también es un milagro
El agradecimiento no debería ser un acto ocasional, sino una manera de mirar la vida.
Hoy detente un momento… mira lo que ya tienes.
- Un techo que nos cubre.
- Un plato en la mesa.
- Salud para descansar y fuerza para despertar.
Eso que llamamos “rutina” es, en realidad, abundancia. Cuando aprendemos a agradecer lo simple, todo se vuelve sagrado.
Bendice, alma mía, a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios.
Salmo 103:2