LA CUÑA OLVIDADA – PRESIDENTE THOMAS S. MONSON
A menudo permitimos que una pequeña ofensa o una herida sin sanar se convierta en una cuña que nos separa del amor, la fe o la paz. Mateo 11:28
El presidente Monson relató la historia de un leñador que intentaba cortar un gran tronco, pero no podía partirlo. Al observarlo, notó que muchos años antes alguien había clavado una cuña metálica entre la corteza y el corazón del árbol, y con el tiempo esa cuña lo había dividido desde adentro.
“Así sucede en la vida. Una pequeña ofensa, un malentendido, una herida sin sanar… se convierte en una cuña que se queda ahí, y con los años divide relaciones, enfría la fe y nos aleja del Señor.”
Pero también nos recordó que el Salvador tiene el poder de remover esas cuñas, de sanarnos y restaurar lo que parecía roto.
- Perdona a quien te haya ofendido.
- Suelta el dolor que llevas.
- No permitas que una cuña del pasado destruya tu paz del presente.
Jesucristo puede sanar todas las heridas, solo necesitas dejarlo entrar.