Guerrero de Dios: La realidad de nuestra fe

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Pero los otros por amor, sabiendo que estoy puesto para la defensa del evangelio. ¿Qué, pues? Que no obstante, de todas maneras, o por pretexto o por verdad, Cristo es anunciado; y en esto me gozo, y me gozaré aún. Filipenses 1:17-18

Mientras estaba bajo arresto domiciliario, Pablo podía recibir visitas, pero no se le permitía viajar. Aunque vivía en una casa, probablemente estaba encadenado a un soldado romano las 24 horas del día. El apóstol sabía que esas serían sus condiciones de vida por un tiempo indefinido—quizás por el resto de su vida.

En tales circunstancias, Pablo podría haber intentado usar todos los medios posibles para obtener su libertad. Después de todo, Dios lo había llamado a predicar, discipular a los creyentes y alcanzar a los gentiles. Sin embargo, estaba atrapado en Roma, sin poder plantar nuevas iglesias ni visitar personalmente a aquellos a quienes instruía mediante sus cartas. Ciertamente, si alguien tenía derecho a quejarse, era él: había soportado persecución, naufragios y azotes por el evangelio.

Pero la carta que escribió durante su encarcelamiento—a la iglesia de Filipos—rebosa de gozo. En Filipenses 4:8, vemos que Pablo comprendía que centrarse en Dios es la manera de vivir por encima de las circunstancias.

Mientras más hablamos o nos quejamos de una situación, más grande parece, hasta que el problema se vuelve más real que nuestra fe. En cambio, cuando llevamos nuestros desafíos directamente a Dios, recuperamos la perspectiva correcta: el Señor es más grande que cualquier dificultad.

Dios nos invita a vivir por encima de nuestras circunstancias, fijando nuestros ojos en Él. Cuando elegimos confiar en Su soberanía, encontramos la paz y la fuerza necesarias para perseverar con gozo, incluso en medio de la adversidad.

Señor, ayúdame a mantener mi mirada en Ti cuando las circunstancias me parezcan abrumadoras. Enséñame a confiar en Tu poder en lugar de enfocarme en mis limitaciones. Llena mi corazón de gozo y gratitud, aun en medio de las pruebas, y usa cada dificultad para acercarme más a Ti. En El Nombre de Jesús, Amén.