Guerrero de Dios: Contempla la grandeza de Su obra

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Porque así dice Jehová de los ejércitos: De aquí a poco yo haré temblar los cielos y la tierra, el mar y la tierra seca y la gloria postrera de esta casa será mayor que la primera. Hageo 2:6-9

Dios tiene maneras de sacudir el mundo cuando está obrando algo grande. Literalmente hizo temblar la tierra cuando Jesús murió en la cruz y después de Pentecostés (Mateo 27:51; Hechos 4:31). Eran mensajes claros e inconfundibles: presten atención, porque algo importante está sucediendo.

Hoy quizá la tierra no se mueva físicamente, pero el Señor sigue sacudiendo muchas cosas. Con demasiada frecuencia, las personas construyen su vida sobre cimientos frágiles: su propia sabiduría, su bondad o su ingenio. Sin embargo, solo existe un fundamento verdaderamente seguro: Jesucristo (1 Corintios 3:11).

Dios siempre tiene un propósito al permitir la agitación en Su creación ordenada. Entre otras cosas, está despertando a la iglesia de la apatía y del enfoque en sí misma, recordándonos que no debemos confiar en las estructuras temporales de este mundo. En lugar de eso, somos llamados a descansar en el fundamento firme de Su amor constante, Su salvación y Su reino, que ya están presentes entre nosotros.

Como embajadores de Cristo en la tierra —y como quienes permanecen firmes sobre el único fundamento seguro— tenemos la responsabilidad de ofrecer esperanza real a aquellos cuya vida se ha vuelto inestable. Ningún trabajo, gobierno ni sistema religioso puede brindar seguridad duradera. Solo una relación con Jesucristo es un refugio eterno.

Señor, cuando todo a mi alrededor parece sacudirse, ayúdame a permanecer firme en Cristo, mi único fundamento seguro. Quita de mí toda confianza en lo temporal y enséñame a descansar en tu amor y en tu reino eterno. Úsame como instrumento de esperanza para otros que viven en incertidumbre. Que mi vida apunte siempre a Jesús, mi refugio y mi fortaleza. En El Nombre de Jesús, Amén.