Entonces se alegró el rey en gran manera a causa de él, y mandó sacar a Daniel del foso; y fue Daniel sacado del foso, y ninguna lesión se halló en él, porque había confiado en su Dios. Daniel 6:23
Daniel tuvo la rara oportunidad de influir en cuatro reyes con principios piadosos. Permanecer fiel a Dios a menudo significaba ponerse en peligro, pero nunca vaciló en sus convicciones.
Su confianza absoluta en el poder de Dios para proteger y proveer le permitió tomar decisiones valientes. No dudó en entregar malas noticias a los gobernantes, aun sabiendo que eso podía costarle la vida (Daniel 2:26-44; 5:17-28). Además, desafió una ley que le exigía desobedecer el mandato divino de adorar solo a Dios (Daniel 6:7-11).
Daniel no buscaba ser popular; su prioridad era hacer lo correcto ante los ojos del Señor. Y cuando tuvo que enfrentar las consecuencias por elegir el camino impopular, lo hizo con un espíritu tranquilo y confiado.
A veces pensamos que si hacemos lo correcto, deberíamos ser recompensados o protegidos. Pero en ocasiones, obedecer a Dios nos llevará al sufrimiento, como ocurrió con Daniel cuando fue arrojado al foso de los leones. Sin embargo, lo más importante no es solo cumplir la voluntad de Dios, sino cómo respondemos cuando enfrentamos las consecuencias.
Nuestra reacción es observada por quienes nos rodean; ellos quieren ver si realmente creemos lo que proclamamos: que el Señor tiene el control. Dios usa nuestras experiencias y nuestro testimonio para alcanzar a otros con Su verdad y Su amor.
Señor, dame el valor y la fe de Daniel para mantenerme firme en mis convicciones, aun cuando hacerlo sea difícil o peligroso. Ayúdame a confiar en Tu soberanía en todo momento y a responder con calma y fe frente a la adversidad. Que mi vida refleje Tu poder y Tu fidelidad, inspirando a otros a conocerte y confiar en Ti. En El Nombre de Jesús, Amén.