Guerrero de DIOS: Busca cumplir Su propósito

Publicado por

Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?  Génesis 3:1

Vivir en un mundo caído puede poner a prueba nuestra fe en la bondad de Dios. El dolor, el sufrimiento y las consecuencias del pecado —que comenzaron con la desobediencia de Adán y Eva— pueden nublar nuestra percepción del Señor. A veces nos preguntamos: ¿por qué Dios no evita las dificultades, soluciona nuestros problemas o nos da lo que deseamos?

Eva enfrentó esas mismas dudas en el huerto del Edén. Cuando escuchó las mentiras de la serpiente, comenzó a cuestionar la bondad de Dios: “¿Por qué me privaría de algo que parece tan bueno?” Ese pensamiento sigue repitiéndose hoy cada vez que no estamos de acuerdo con lo que Dios considera mejor para nosotros. Desde nuestra perspectiva humana, lo “bueno” suele ser aquello que nos resulta placentero o conveniente. Pero el Señor tiene un estándar mucho más alto: Él siempre busca cumplir Su propósito y formar en nosotros el carácter de Cristo.

Detrás de cada mandamiento o límite que Dios establece hay un acto de amor. Nuestro Padre conoce las consecuencias del pecado y desea protegernos. Cuando obedecemos, no nos está privando de libertad, sino guiándonos hacia lo que realmente nos dará vida y plenitud.

Adán y Eva aprendieron, por medio de su desobediencia, que Dios siempre sabe lo que es mejor. Nosotros tenemos la oportunidad cada día de aprenderlo por medio de la fe y la obediencia. Escucha Su voz, confía en Su sabiduría y recuerda que, sin importar lo que enfrentes, Él está obrando tanto para tu bien presente como para tu bien eterno (Romanos 8:28).

Señor, perdóname por las veces en que he dudado de Tu bondad. Ayúdame a confiar en que Tus mandamientos son expresión de amor y no de restricción. Enséñame a obedecer con fe, creyendo que siempre buscas mi bien. Que mi vida refleje un corazón rendido a Tu sabiduría perfecta. En el Nombre de Jesús, Amén.