Comentario Diario: Isaías 50:4

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Versículo:

Jehová el Señor me dio lengua de sabios, para saber hablar palabras al cansado; despertará mañana tras mañana, despertará mi oído para que oiga como los sabios. Isaías 50:4

Comentario:

A veces los creyentes vemos la obediencia como una forma de evitar las consecuencias negativas de la desobediencia. Pero cuando lo hacemos, obedecer se convierte en una carga pesada. Sin embargo, Dios no diseñó nuestra vida de fe para que fuera una obligación, sino una aventura emocionante, motivada por el amor a Jesús y el deseo de agradarle. Obedecer no se trata solo de evitar el mal, sino de descubrir más de quién es Dios y de experimentar Su bondad.

Algunos pueden asociar la voluntad de Dios con dificultad o sacrificio, pensando que siempre implicará decisiones duras. Pero el Señor nunca nos pide más de lo que podemos soportar. La obediencia en las cosas pequeñas es una preparación para los desafíos mayores. Cada acto de fe moldea nuestro carácter y nos fortalece para cumplir propósitos más grandes.

Cuando confiamos en el poder del Señor y actuamos conforme a Su dirección, la vida se llena de propósito y gozo. Como aprendió Samuel (1 Samuel 15:21-22), la obediencia vale más que los sacrificios. Y no debemos temer, por dos razones: primero, porque Dios prometió acompañarnos en cada paso (Hebreos 13:5); y segundo, porque Él ya sabe el bien que resultará de nuestra obediencia.

Cada vez que damos un paso en fe, se abre la oportunidad de dar otro, y en ese proceso, experimentamos más de Su fidelidad y de Su amor. La obediencia no es una carga, sino un privilegio que nos permite caminar más cerca del corazón de Dios.

Oración:

Señor, gracias porque me llamas a obedecerte no por obligación, sino por amor. Enséñame a seguir tus caminos con alegría, confiando en que cada paso de fe me acerca más a Ti. Ayúdame a obedecer aun cuando no entienda todo, sabiendo que en tu voluntad está mi mayor bien. En el Nombre de Jesús, Amén.